Por @jessamlv
Wardruna estuvo presente la noche del pasado miércoles 9 de octubre en el Teatro Caupolicán. La primera vez de los vikingos en Chile reunió a fanáticos con altas expectativas sobre lo que sería su show.
Encontrándonos con un teatro casi lleno a media hora antes de la hora programada, aún faltaba gente por entrar. Las larguísimas filas para las distintas localidades demostraban el éxito de la convocatoria realizada por la productora Spider en la preparación de este evento.
En la previa, la banda de folk nórdico demostraba su profesionalismo simplemente con su escenografía, grandes telares, indumentarias, música introductoria y luces anaranjadas que hacían juego y preparaban el ambiente para lo que estaba próximo a ocurrir.
Mientras las luces se mantenían encendidas, se observaban fanáticos/as honrando la cultura nórdica. Las vestimentas, trenzas y maquillajes de muchas y muchos eran el complemento perfecto para comenzar un viaje en el tiempo al siglo VIII.
Fue a las 20:59 cuando dieron la señal de inicio de este largo viaje, aparece la banda en el escenario y dando las 21 justas, comienzan las primeras notas de la mora-harp de John Stenersen, una proyección en el telar más grande mostraba imágenes de lo que sería la naturaleza de los bosques de las tierras del norte y a un cuervo blanco. Inmediatamente Einar (voz principal) comienza los primeros cantos de “Kvitravn” canción del álbum del mismo nombre lanzado el 2021. A los pocos segundos, Einar acompaña con su Tagelharpa a John, y seguido se incorpora el resto de los músicos con sus diversos instrumentos y voces en la interpretación de la canción, destacando por sobre las voces masculinas, el particular canto de Lindy-fay, quien erizaba la piel de los oyentes con cada armonía realizada junto a sus compañeros.
Difícil es explicar con palabras las vibraciones que Wardruna provocaba con cada canción. Los juegos de luces que proyectaban las siluetas de los músicos, la danza constante de Lindy-fay, la emoción que transmitía Sondre Veland al tocar los tambores, y la sinergia de la banda completa, provocaban una inmersión del público en las historias relatadas a través de las canciones, cabe destacar que, a pesar de las dificultades en el idioma, los más fanáticos corearon gran parte del repertorio.
El show se desarrolló sin interrupciones por aproximadamente una hora y veinte, fueron catorce canciones “al hilo”. La demostración multi-instrumentista de Einar en instrumentos de cuerda, aire y percusión. Los cambios de sonidos entre flautas, cuernos y el Lur de bronce destacaban en la interpretación por parte de Eilif. Las percusiones principalmente a cargo de Arne; HC Dalgaard; y Sondre fueron constantemente acompañadas por Lindy-fay y Einar quienes aportaban con sonidos de huesos y ramas. La calidad de sonido y la gran cantidad de micrófonos sobre el escenario, permitió que cada instrumento (tradicional y no tradicional) y melodía se percibiera en su totalidad, no hubo saturaciones o problemas de amplificación detectables desde fuera de las tablas.
Los asistentes ovacionaban a los artistas en el final de cada canción, aún así los músicos en total seriedad continuaban sin mayor interacción con sus oyentes, factor que no bajó el ánimo de los fanáticos, sino todo lo contrario, no les dejó abandonar el viaje a las tierras nórdicas que interiormente atravesaban.
A las 22:17 terminaron de interpretar “Fehu” y por primera vez en la noche, la banda saluda al público, dando a entender que el fin del show estaba cerca.
Einar toma el micrófono para dar un discurso que duró casi 5 minutos, en este punto toda la seriedad y actitud ruda tan “característica” de las representaciones de los vikingos se esfumó, y apareció un carismático artista, totalmente emocionado y agradecido con el recibimiento que le estaba dando el público chileno. Comenzó diciendo que se sentía “fantástico estar finalmente aquí en Chile, muchas gracias…” que agradecía el hecho de “viajar desde el otro lado del mundo y llegar hasta Santiago a recibir tanto amor de América”. Menciona que todos pueden ver las similitudes entre las culturas (haciendo referencia a la de ellos y a la de las tierras americanas) tanto en la música, símbolos y del país en general, especialmente las tradiciones basadas en la naturaleza. Finaliza su primer discurso presentando una “última canción” sobre la muerte: “Helvegen”.
Encienden antorchas sobre el escenario, y entre luces rojas y fuego, interpretan la última canción de lo que se esperaba fuera el “setlist oficial”, finalizan con una reverencia, pero sorpresivamente los músicos vuelven a sus instrumentos y comienzan de inmediato con “Raido”.
Para terminar, nuevamente hacen una reverencia, agradecen al público y Einar pide un aplauso para despedir a sus compañeros, quienes salen del escenario.
Einar en solitario recuerda sus colaboraciones para la serie “Vikingos” y comenta que interpretará la canción de la muerte de Ragnar Lothbrok: “Snake Pit Poetry”. Al finalizar, vuelve a dar las gracias al público chileno, sorprendido por lo salvaje y apasionado que fue, que harán que definitivamente vuelvan en otra ocasión. Se despide diciendo que haber compartido ese momento con su público significaba realmente mucho para él, y da las “gracias de corazón a corazón”. Se retira no sin antes aplaudir a sus fanáticos y un “nos vemos pronto”.
La emoción de los asistentes, la ovación, el llanto, el fuerte canto y los gritos de “guerra” del público, demuestran que la calidad del espectáculo fue impecable, que cada minuto presente son dignos de repetirse en el futuro y que, sin duda alguna, Wardruna deberá volver al sur del mundo.
Reseña por: Jessabel Loyola.
Setlist:
- Kvitravn
- Skugge
- Solringen
- Heimta Thurs
- Hertan
- Kvit hjort
- Lyfjaberg
- Voluspá
- Tyr
- Isa
- Grá
- Runaljod
- Rotlaust tre fell
- Fehu
Encore:
- Helvegen
- Raido
- Snake Pit Poetry
Fotos Francisco Aguilar / @francisoaguilar.ph
