Por Freddy Véliz – Fotos: Nelson Galáz
El thrash metal en su génesis y apogeo en la segunda mitad de los ochentas, vio nacer a una gran diversidad de agrupaciones que buscaban ocupar un rincón de la escena, algunas lograron el éxito masivo e internacional, otras mantuvieron sus carreras con un bajo perfil, acomodándose en las profundidades del underground, y otras simplemente desaparecieron. De este último grupo algunas quedaron en el olvido y otras se convirtieron en bandas de culto, y una de ellas precisamente es VIO-LENCE, conjunto formado en la bay area de San Francisco, y que luego de lanzar tres discos, se disuelve en la década del noventa, quedando en la memoria colectiva de los metaleros alrededor del mundo, como una banda que supo dar continuidad al thrash metal como parte de la segunda camada de agrupaciones post Metallica, Slayer, Exodus, etc.
Ha pasado bastante agua bajo el puente, reuniones esporádicas, entrada y salida de integrantes, Sean Killian enfermó grave, para luego felizmente recuperarse, hasta que por fin llegó la anhelada reunión definitiva, que los trajo a Chile esta semana para dos inmejorables shows , el primero de ellos en la ciudad de Rancagua, y el segundo en Santiago, ayer 2 de septiembre, en el histórico Teatro Cariola. Un show que no estuvo exento de dificultades, ya que estaba previsto para hace dos años atrás, pero por motivos de la pandemia se debió reagendar.
Lo que se vivió en este debut fue realmente mítico, un teatro que congregó a los metaleros más vieja escuela, pero sin excluir a nuevas generaciones, conquistadas por el sonido demoledor de un género que se niega a morir, y queda representado fehacientemente con las tres bandas chilenas que abrieron los fuegos. Conjuntos de cepas diversas que vienen trabajando un sonido que no pierde la esencia más tradicional del movimiento.
Terror Society fueron los primeros en subir al escenario cerca de las 19:00 hrs., lamentablemente cuando el público recién comenzaba a ingresar al recinto, lo que obviamente recayó en que el poderoso cuarteto de death-thrash desatara su furia frente a un aforo bastante tibio. La banda hilvana una puesta en escena apoyada principalmente en la experiencia lograda en casi 10 años de trayectoria, en la que se han posicionado como uno de los conjuntos importantes de la camada más actual del metal chileno. Si bien el sonido fue regular (algo que se repitió con las bandas en general), logran imponer su status, y nos ofrecen un set que repasa parte de sus dos álbumes de estudio a la fecha, “Under Chaos” del 2019, y el recientemente editado “There’s No Tomorrow”.
A las 19:40 el turno de subir al estrado es de los experimentados Dekapited, quienes imponen la fuerza de su thrash con fuertes influencias en el death y el hardcore que, en base a una fuerza interpretativa arrolladora logran con “Veneno” desatar el primer mosh entre el público que había estado bastante frio hasta esos minutos. Formados el año 2006, el conjunto tiene la expertise necesaria para ofrecer un show sólido, con cortes que van directo al cráneo, estimulan con sus trabajadas rítmicas las que influyen en los asistentes para que exploten como en una olla a presión, e ir generando el ambiente que se espera en un encuentro de metal. Dekapited se han transformado en una banda respetada en nuestro país, por lo que no es de extrañar el buen recibimiento que tienen de sus compatriotas.
Luego de finalizada la actuación de la banda comandada por Camilo Pierattini, el turno de continuar devastando el teatro es de Massive Power, conjunto con más de 25 años de trayectoria, y que mantienen la esencia del thrash más tradicional, con claras influencias en bandas como Testament o Dark Angel. El quinteto pone de manifiesto su historia con el dominio del escenario, siendo ovacionados desde la partida por el público hambriento del extremismo sonoro que nos congregaba. A estas alturas el aforo era mayor y el ambiente estaba con la temperatura en alto, por lo que Massive Power tenía la ventaja de hacer que el termómetro no bajara, y con su propuesta difícilmente el ánimo del público iba a decaer, por lo que fue el número perfecto para recibir prontamente a los legendarios Vio-lence.
Siendo las 21:30 horas, el teatro estaba con su capacidad casi al tope, y la efervescencia del los thrashers en el peak esperando por Vio-lence, por lo que una vez la agrupación comandada por el gran Sean Killian aparece en escena, se desata una hecatombe que prácticamente no se detuvo en la casi hora y media de duración del concierto.
“Eternal Nightmare”, el fenomenal clásico que dio título al disco debut del conjunto en 1988, fue el mazazo inicial para que el público respondiera enfervorizado. Vio-lence demuestra que los años y los impasses no son pretexto para no mantener viva la esencia más pura del thrash metal, sin nomenclaturas extras, thrash a la vena, conciso y demoledor.
Es admirable ver a una banda que resucitó de entre las cenizas de un tiempo esplendoroso para el metal, y lo hacen de tal manera que pareciera que siempre hubiesen estado ahí, y de alguna forma en la memoria de los fanáticos nunca se borró su importante paso por la historia del metal.
Ver a Sean cantar como si aun fuese un veinteañero, a pesar incluso de la grave situación de salud sufrida hace algunos años (debió ser trasplantado de hígado por cirrosis), solo nos obliga a levantar las manos y reverenciarlo. Vio-lence, además de Sean, actualmente está conformada por Phil Demmel en guitarra quien no pudo viajar sumarse a esta gira, siendo reemplazado por Ira Black (Dokken, I Am Morbid, Heathen, etc); Perry Strickland en batería; el experimentado bajista, ex Fear Factory, Christian Olde Wolbers y Bobby Gustafson (ex Overkill) en guitarra. Dueños de una sincronía apabullante sobre el escenario, una aplanadora que irrumpe con todo a su paso convirtiendo la legendaria sala en un hervidero, donde reaparecen las clásicas chaquetas de mezclilla cubiertas con parches, las melenas a estas alturas de pelo cano de gran parte de los asistentes, entremezclados con jóvenes que han sido conquistados con el arrollador sonido del género, y que mantienen la estética e impronta de antaño, nos dan la esperanza de que el Thrash sigue tan vivo y apasionante.
Una seguidilla de clásicos concentrados especialmente en su álbum debut , además de algunos guiños a su segunda y aclamada placa “Oppressing the Masses” de 1990, interceptados con parte de lo que comprende su más reciente Ep “Let the World Burn”, lanzado en marzo de este año, fue los que nos ofrecieron en esta descomunal presentación.
Momentos inefables se produjeron con piezas como “Serial Killer”, “Calling in the Coroner” o “Kill Command” que fueron parte de este maravilloso encuentro con una parte imborrable de la historia de toda una generación de metalheads.
Una panorámica visual que exponía cuerpos trasportados por el público, otros que escabullen la seguridad para subir al escenario y abalanzarse en frenéticos stage divings, mientras la multitud forma una revuelta en desenfrenados mosh o circles pits. Por un momento el teatro se cubrió de humo blanco, que provenía de las afueras, debido a algunos irresponsables que intentaban entrar forzosamente al recinto de calle San Diego, mala práctica que ha sido una constante en los últimos conciertos acaecidos en Santiago. No pasó a mayores y en el interior la fiesta metalera continuaba sin problemas.
El frontman agradece a los asistentes por la presencia, y se nota que disfruta del momento, claro, desde su posición, podía sentir y vislumbrar la energía expelida por los fanáticos chilenos que le dieron una descomunal recepción en este primer paso por nuestras tierras. El conjunto se compenetra con el público con el que forman una alianza impenetrable, ejerciendo la complicidad que se necesita para que el show sea completo. La espectacular jornada cerró con dos clásicos incombustibles de sus dos primeros Lps, “Phobophobia” ,de su debut discográfico y la emblemática “World in a World” de su fantástico segundo disco. Dejando un apocalíptico aura en el ambiente, con el público pidiendo por más, y la banda posando para una fotografía que plasmó esa unión espiritual y musical de la horda de metaleros que se niega a dejar morir un movimiento que lleva cuatro décadas azotando nuestros cráneos. Vio-lence nos dio una gran lección y es que una vez entras en el movimiento, lo vives hasta la muerte.
Setlist:
1.- Eternal Nightmare
2.- Serial Killer
3.- Calling in the Coroner
4.- Office Nice
5.- I Profit
6.- Kill on Command
7.- Flesh from Bone
8.-Mentally Afflicted
9.- TDS
10.- Upon Their Cross
11.- Phobophobia
12.- World in a World