Por @jeff.qlo
Cuando hablamos de metal extremo y de las bandas que marcaron un antes y un después en su evolución, es imposible no mencionar a Venom. Estos británicos irrumpieron en la escena musical a inicios de los años 80 como un auténtico huracán de caos y oscuridad, redefiniendo el concepto de lo extremo en la música. La banda, inicialmente conformada por Cronos, Mantas y Abaddon, desafió no solo las convenciones del heavy metal clásico, sino también las normas no escritas de la música en general.
Con el lanzamiento de su álbum debut, Welcome to Hell (1981), Venom marcó el punto de partida de lo que más tarde sería conocido como black metal. Este disco, con su producción cruda y sus letras cargadas de referencias al satanismo y al ocultismo, fue un manifiesto de rebeldía pura. Aunque el sonido aún no alcanzaba la atmósfera fría y desoladora que caracterizaría al género años después, la influencia de Welcome to Hell fue innegable. No solo estremeció a figuras controvertidas como Anton LaVey, sino que también sirvió de inspiración para una generación de bandas como la versión más primitiva de Mayhem y Possessed, que comenzaban a explorar un terreno musical sin retorno.
El siguiente paso en su carrera, el icónico álbum Black Metal (1982), consolidó a Venom como los padrinos del metal extremo. Este disco no solo dio nombre a un subgénero, sino que también sirvió como un puente perfecto entre la agresividad del punk y la ferocidad del metal. En una época en la que el heavy metal se enfocaba en el virtuosismo y la técnica, Venom ofrecía algo mucho más visceral: velocidad, caos y una crudeza casi tangible.
El impacto de Venom no se limita solo al sonido. Su estética oscura, sus letras blasfemas y su imagen provocadora sentaron las bases para movimientos enteros dentro del metal extremo. Desde el thrash metal de bandas como Slayer y Metallica, hasta el metal más underground de grupos como Bathory, Celtic Frost y gran parte de la escena sueca, su influencia es innegable.
Ahora, más de cuatro décadas después de su fundación, Venom sigue siendo una leyenda viviente del metal. Su legado es eterno, su lugar en la escena es inamovible, y su música continúa resonando en las almas de todos aquellos que buscan el lado más oscuro y maldito del arte.
El próximo 3 de diciembre, Venom regresará a Chile con toda su potencia y actitud. No estarán solos en este asedio: los acompañan dos grandes exponentes del metal extremo. Desde Estados Unidos llega Warbringer, garantía de caos en el mosh pit, mientras que desde Río de Janeiro se presenta Flageladör, conocidos por su sonido crudo y machacador. Sin duda, será una noche inolvidable para todos aquellos que quieran experimentar su bautismo de fuego en el campo de batalla.
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