Martes 10 de diciembre, Tokio Hotel vuelve a Chile, finalmente, y la efervescencia juvenil se hace sentir dentro del Teatro Caupolicán desde la previa misma. Gritos, globos, banderas y una emoción palpable en el ambiente, que sólo irá en aumento con la presencia en el escenario de estos jóvenes, pero muy experimentados, músicos alemanes, quienes se tomaron el mundo por asalto hace casi dos décadas.
Cuando las luces se apagan, suena la intro y se ve el logo de la banda, lo que ya prende al público. Tom Kaulitz en guitarra, Georg Listing en bajo, Gustav Schafer en batería, y el icónico Bill Kaulitz en voz, suben al escenario y las pasiones se desatan. La alegría, la euforia, la gente parecía desbordarse, los gritos eran intensos y competían a la par con la banda. Bill sale con guitarra, gorra, su vestimenta brillante que siempre lo hace destacar, y dan el vamos con “White Lies” de su disco “2001”.
En “Automatic” y “The Heart Get No Sleep”, Tom va a los teclados y percusiones. La banda suena muy afiatada siempre, y hacen notar los años de circo. “Girl Got a Gun”, con Tom casi encima del público, desata un vendaval en donde los gritos se vuelven casi incontrarrestables. La fiesta es tremenda, y Bill agradece con mucho ahínco, mencionando que este ha sido el mejor público de la gira, cerrando la primera parte con “World Behind My Wall”, “Feel It All” y “Home”.
En medio, tenemos un bello set acústico, que inicia Georg, seguido de Tom, mientras Bill anuncia una canción antigua. Al son de “Black”, con las luces y la actuación misma, la comunicación es total, con un público que en gran parte ha ido creciendo de la mano de ellos, estableciendo una complicidad única. “Just a Moment”, con la artista canadiense “VVAVES” apareciendo grabada en pantalla, cierra el espacio creado.
Vuelve lo electrónico de la mano de “Run, Run, Run”, para dar el paso a un tema que traen de regreso en esta gira, como es “HIM”, la cual paró en medio, cuando la banda ve que una fan necesitaba atención y auxilio. Al cerciorarse de que todo estaba ok, retoman y siguen con “Spring Nicht”, la que suena potente, con una banda que no destiñe.
“Easy” es coreada a todo pulmón, antes de pasar a las bailables “Love Who Loves You Back”, “What If” y “Darkside Of The Sun”. Un comunicativo Bill leyó varios de los carteles presentes en el recinto, con fans jurando amor eterno, pasando al final con la bella “Colors Of The Wind”, sacada del mundo Disney y llevada directo a los fanáticos.
Por supuesto que la banda regresó, dando inicio a ese emotivo rasgueo de la querida e intensa “Monsoon”, en donde la gente ya no daba más de emoción, cantando a un volumen increíblemente alto, como si todo lo saltado y gritado antes no hubiera mermado en nada su aguante, finalizando de forma apoteósica con confetis volando por todo el lugar. Bella postal, que se coronó con “Runaway”, en un final que terminó de desahogar a todos los que esperaron este regreso por años, niños con sus padres, adolescentes y adultos que se asombraron y cantaron como si el mundo se acabase. Un sueño para muchos, y una jornada redonda para todos.