Chile
Santiago Gets Louder: El metal Chileno da inicio a la jornada
Comienza el esperado Santiago Gets Louder en Santiago, el punta pié inicial lo dieron los nacionales de Recrucide, Nuclear y Cómo Asesinar a Felipes. Presentaciones sólidas, que dejaron bien parados a cada uno de ellos ante el público que estaba presente en el recinto.
Recrucide:
Los mateos de la clase Puntuales (12:30) se lanzan al SGL Stage el cuarteto deather más mediático de la última temporada, en uno de los escenarios con más dudas acústicas del sector. Sin importar aquello, Recrucide desde el tercer tema (‘Ritual’), hacia el fin de su set, logró torcer los prejuicios sonoros en los Hangares Suricato a base de carisma y una entrega que hasta el público, en su mayoría sin estar al tanto de los logros 2015 de la agrupación, generó una sinergia que se notó durante toda su presentación en las grandes ligas.
La reciente entrega audiovisual del combo, ‘God Didn’t’, y ‘Uncontrolled’, ambos del disco que los volvió a colocar en el mapa a 20 años de inninterrumpido trabajo (“Svpremacy”, 2014), demostró el cambio de mentalidad del respetable ante lo que hace algunos años de conocía como la “indiferencia del telonero”. A la postre, pits, una elevada congregación de asistentes y un set al borde de lo perfecto, dio como nota siete el arranque de motores del Gets Louder
Como Asesinar a Felipes (CAF):
Punto aparte Sin tiempo para descansos y con el show de Nuclear despedido bajo un rotundo aplauso, CAF dio fe de sus credenciales abriendo el charter de Faith No More por el Mercosur con los acordes de “V”, su alabada quinta entrega. Amén de ello, ‘III’ dejó marcando ocupado a la fanaticada más extrema bajo acordes disonantes y eclécticos a prueba de recalcitrantes.
Breve cambio de switch arraigado en frecuencias de jazz contemporáneas, dio por moraleja que la inclusión de números fuera de la línea editorial de cualquier festival, evoca más aceptación que rechazo en tiempos de información instantánea. Por fortuna, el quinteto superó con ventaja a los escépticos y el aplauso espontáneo pudo más que el prejuicio.