
Rammstein en Chile | Foto: Cristian Carrasco (Desde Celular)
Nota: Freddy Veliz O.
Para culminar la segunda edición de Rockout Fest, RAMMSTEIN era el número perfecto. Su consabido show basado en el efectismo de su pirotecnia, auguraba un cierre rimbombante.
Luego de la fiestera actuación de The Offspring, el estadio se fue a negro y la cuenta regresiva proyectada en las pantallas laterales estimulaban el aumento de la adrenalina de los presentes, que desde el segundo 10 comienzan a acompañar al cronómetro a viva voz, cuando llegamos a la cuenta de 0 los fuegos artificiales que se elevan desde lo alto del escenario dan la partida con “Ramm4” a uno de esos espectáculos que impactan en cada minuto de su recorrido.
Ya los habíamos tenido en Chile el 2010, y sus videos son constantemente revisados por la red, pero no hay nada que se iguale a vivir o repetirse la experiencia Rammstein en vivo. Los germanos no dejan nada al azar, desde lo impecable y potente del sonido, hasta los artilugios utilizados en su teatral puesta en escena. Una que podríamos a simple vista catalogar de oscura, pero que en realidad hay más de parodia y humor (alemán) que algo seriamente ligado a lo oscuro. Esto es un espectáculo que sobrepasa ideologías o el simple gusto musical.
Till Lindemann es el líder natural, un frontman completo, cual maestro de ceremonias dirige el espectáculo, provocando momentos literalmente incendiarios que quedan inevitablemente registrados en nuestras memorias: Los explosivos adosados al cuerpo en “Zerstören”, la ballesta que simula en un momento épico lanzar fuego al público en “Dü Hast” incendiando lo alto de la torre central, o el intento de quema en un tina del tecladista Christian Lorenz, etc., son instantes que definen el concierto en sí, donde el fuego es el protagonista de una noche donde estas estrellas del metal industrial o más específicamente de la Neue Deutsche Härte dan cátedra de cómo presentar un show completo.
Muchos podrán, con pleno derecho, criticar el aspecto musical, acusándolos de comercializar un género que siempre se ha mantenido dentro de un circuito alternativo, pero sería un acto de soberbia el no reconocer esa capacidad para crear canciones golpeantes, con riffs impecables que nos obligan a mover nuestras cabezas, o a levantar los puños para responder esos coros en alemán, que a la mayoría significa un desafío pronunciar, pero ahí, como un verdadero ejército al mando de ese acorazado que da cátedra del sentido del espectáculo, rendirse y seguir las órdenes.
El concierto que la banda ofreció el 2010 quedó en la retina como uno de los grandes espectáculos que han pasado por nuestro país, imaginar que este fue superior podría ser motivo de cuestionamiento, pero desde mi punto de vista, creo que esa fue la sensación que dejó para gran parte de esa audiencia, que luego de quedar extasiada con “Engel” y Lindemann cantando suspendido en el aire con un par de gigantescas alas que terminaban lanzando llamaradas, opuso resistencia para retirarse del estadio, y los alemanes rematan con su especial incursión en el idioma español con “Te Quiero Puta”. La masa de gente coreando y saltando a pesar de las horas de pie, transformaron todo en un gran carnaval.
El espectáculo montado por Rammstein, tal como uno de Kiss, Roger Waters o Ac/Dc, cruza lo musical y se extiende hacia lo visual, circense o teatral, dominando códigos y conceptos de producción, sonido, iluminación, etc. Por estos motivos, es un acto obligado para cualquier amante ya sea de la música o de cualquiera de las áreas implicadas en el mundo de la cultura, las artes y la entretención.
Nota: iRock.CL no obtuvo los derechos a imagen de Rammstein para galería fotográfica.
