Por Freddy Veliz O. | Fotos: Claudio Poblete
Rockout avanza y nos acercamos a los cabeza de cartel, cuando la cancha del estadio se vislumbra copada y las graderías son ocupadas discretamente, sin estar completamente llenas, los estadounidenses THE OFFSPRING causantes junto a bandas como Green Day de la revitalización el punk rock en los noventa, salen a escena como las grandes estrellas en que se convirtieron hace ya algo más de 20 años atrás.
Al contrario de lo que podríamos pensar de una banda que vive de los hits de hace dos décadas, THE OFFSPRING demuestran que su música aún entusiasma a un público que los recibe fervientes. Su punk melódico que algunos tildan de “alegre”, transforma el recinto en una verdadera fiesta, donde todos saltan y dan señales de conocer un amplio set de temas breves y prendidos, característica esencial del género.
Cuando suena el máximo referente de la banda – Come Out and Play- la masa de público responde con algarabía, saltando y creando una postal de cabezas ondeando en un mar de fanáticos que no vacilan en corear fuerte todo un clásico de los noventas. Dexter Holland mantiene la energía y el registro vocal para las exigencias de un show de las características de lo mostrado en el Santa Laura.
Los riffs guitarreros son dueños de contagiosos y candentes rítmicas que proporcionan la energía adecuada para que la fiesta no decaiga por ningún instante.
Los minutos pasan rápido y el concierto va avanzando en medio de pegajosas melodías y éxitos, que incitan a corear cada una de ellas. “The Noose”, “The Meaning Life”, “Why Don’t You Get”, “Want You Bad”, “Pretty Fly”, son parte de este carnaval punketa que ha traspasado generaciones. Esto es Rock and Roll, y así se celebra en uno de los grandes shows de la jornada, con una banda que se mantiene viva, cuando en sus años de mayor gloria probablemente muchos no le daban mucho futuro, y ahí los tenemos gozando de gran vitalidad.
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