Cuando observamos aquellas bandas con las que crecimos resulta fácil ignorar el hecho de que no son simples máquinas que crean los sonidos con los que nos identificamos, sino que son seres humanos planteando sus vivencias ante las cuales logramos capturar algún sentido de pertenencia y afinidad. Y que, como cualquier otra persona, ésta tiene su vida aparte de su trabajo y las experiencias que le van forjando su identidad y carácter.
Por ello, es común evidenciar un cambio de sonido en prácticamente todos los artistas que conocemos, y aún así, no siempre es bien recibido. Pero ¿por qué este no es el caso de Pierce The Veil? Para quienes crecieron con su música la respuesta es clara: la vida no puede mantenerse igual, pero la esencia sí puede hacerlo, y es aquí donde se establece el éxito del que aún logra gozar la banda de post-hardcore/pop-punk.
Mantener la esencia va más allá de conservar el mismo corte emo que Vic Fuentes ha llevado durante los últimos 18 años, y es una consistencia que hemos apreciado en cada álbum que han liberado, por eso el cambio de propuesta no ha puesto en jaque su existencia. Relacionamos lo auténtico con lo esencial, aquello que es primordial, con lo que se identifica de inmediato a una persona o incluso el propio sonido; en este caso, lo relevante para los californianos siempre fue ser transparentes respecto a lo que ocurría en su vida.
Tanto A Flair For The Dramatic (2007) como Selfish Machines (2010) aborda temas de dolor, desamor, desilusión, la complejidad de las relaciones interpersonales y la búsqueda de identidad, coincidiendo con la etapa vital en la que se encontraban en ese entonces. Posteriormente, con Collide With The Sky (2012) nos traen una crudeza sobre lo difícil de sentirse perdido, con un dolor muy intenso, intentando sobrevivir y poder superar una lucha interna; este álbum resulta ser uno de los más queridos y apreciados por los fanáticos debido a que retrata a la perfección la complejidad, soledad y tristeza que se puede llegar a sentir cuando se está comenzando a madurar. Misadventures (2016) propone una visión más esperanzada, mensaje que coincide con el tipo de sonido que escuchamos, en la que hay un proceso de autoaceptación y crecimiento personal.
En 2017 Mike Fuentes dio un paso al costado por acusaciones de conducta sexual inapropiada en su contra, y la banda quedó en pausa durante un largo período de tiempo, hasta The Jaws Of Life (2023), un álbum que evidencia la situación actual en la que se encuentran, ahora como hombres/padres de 40 años de edad, que no ven el mundo de la misma forma que lo hacían en su adolescencia. Es un álbum diverso, con muchas influencias musicales de distintos géneros como post-hardcore, grunge, pop-punk e incluso algo de pop, y que en cuanto a letras incluye un variado catálogo de amor, enfrentar el dolor, lidiar con las cicatrices que quedaron de la adolescencia, y también ver la vida desde una lente más amplia, tomándose las cosas con calma, sabiendo que, después de todo, estaríamos bien.
Pierce The Veil estuvo presente en nuestro país hace tan sólo 11 meses, y contaremos con el honor de tenerlos de vuelta el 15 de marzo en la edición 2024 de Lollapalooza Chile. La última vez que vinieron, Vic había sido padre hace tan sólo 2 meses, y ahora podremos evidenciar cuánto ha cambiado en el último año, encontrando el equilibrio entre ser un adulto padre de familia y mantener la esencia de niño emo que ha caracterizado por todo este tiempo a la banda.
Las entradas para Lollapalooza Chile siguen disponibles y las puedes adquirir aquí.
