Por Litta.
La noche comenzó con una dosis de energía local gracias a Sinkarma. Esta banda chilena demostró una vez más por qué es una de las favoritas del público nacional, entregando un show lleno de garra y pasión. Sus riffs potentes y letras en español conectaron de inmediato con el público, canciones del Rahez y de su último álbum, Moksha, prepararon el terreno para la explosiva presentación de P.O.D. La combinación de sonoridades resultó en una apertura inolvidable para los asistentes y tal como lo dijeron en nuestra entrevista, los chilenos dejaron todo sobre el escenario, dedicando toda su pasión a este tremendo episodio. Un público que respondió desde el comienzo de la velada reportándose desde muy temprano en el Teatro Cariola, lo cual deja más que claro la pasión que existe en la comunidad Nu Metal chilena.
La tertulia continuaría con una descarga de adrenalina cortesía de Todos los Muertos. Los mexicanos, con su sonido crudo y letras cargadas de rabia, prendieron al público desde el primer acorde, sus letras sobre la realidad social resonaron con fuerza en todo el teatro. Su potente mezcla de hardcore y punk creó el ambiente perfecto para recibir a P.O.D., demostrando que el rock latinoamericano tiene mucho que ofrecer. A pesar de las diferencias estilísticas entre ambas bandas, tanto Todos los Muertos como P.O.D. compartieron un mismo espíritu rebelde y una conexión visceral con el público, haciendo de esta visita a nuestro país una experiencia inolvidable.
Con una demora de aproximadamente 10 minutos, P.O.D. hacía su aparición sobre el escenario. Desde el primer acorde la energía en el recinto fue electrizante. Sonny Sandoval, con su voz inconfundible y carisma desbordante, prendió al público sin ningún esfuerzo, pues el ambiente ya estaba más que caldeado. Clásicos como “Satellite”, “Southdown”, “Soubdboy Killa”, “Sleeping Awake”, la romántica “Will You” y la bomba energética de “Boom” resonaron con fuerza, provocando pogos frenéticos y coros ensordecedores que junto a la ovación unánime forjaron una atmósfera de potencia sin límites. Una multitud compuesta por diversas generaciones se dispuso a disfrutar sin inconvenientes, niños sobre los hombros de sus padres, hermanos, amigos de la infancia y un sinfín de historias que se retrataban a todo dar y convertían al teatro en un inmenso espectáculo de nostalgia y pasión, mientras la potencia de los californianos nos transportaba a esa época dorada del Nu Metal en pleno final e inicio de milenio, sonaban los acordes del himno “Youth of the Nation”, que se extendían a cada rincón corporal de los asistentes, llevando consigo una ola de añoranza que se adueñaba de todas las almas alcanzadas.
El Teatro Cariola estalló en un frenesí cuando ‘Alive’ comenzó a sonar. La multitud saltó, coreó y vibró con cada nota, creando una nebulosa de estridencia y electricidad. La intensidad fue tal que un hecho inolvidable ocurrió en pleno clímax de la canción: un hombre en silla de ruedas llevado en hombros por la multitud se levantaba desde el centro de la cancha, acercándose al escenario hasta llegar a los brazos del querido frontman, quién lo recibió con mucho cuidado y felicidad. En ese instante, la emoción alcanzó su punto máximo, y todos los presentes, unidos por la música y la solidaridad, experimentaron un momento mágico que trascendió lo musical. Fue como revivir la esperanza y la fuerza que esta canción nos brindó en el 2001. Si bien la presentación de P.O.D. fue un éxito rotundo, algunos problemas técnicos como el acople del micrófono empañaron ligeramente la experiencia auditiva. A pesar de estos pequeños detalles, la energía y la conexión con el público lograron mantener el nivel de emoción a lo largo de todo el concierto.
P.O.D. ha visitado Chile con ésta, en tres ocasiones, este regreso fue especialmente impactante. No sé si es el efecto post-pandemia o simplemente la madurez de la banda, pero lo vivido ayer marcó un antes y un después para todos los asistentes. La energía en el Teatro Cariola fue indescriptible, y no solo por la música de calidad que presentó el grupo, sino también por la conexión entre el público, la nostalgia y la alegría de volver a vivir experiencias como estas. Ver a Sonny Sandoval y compañía entregarse en cuerpo y alma sobre el escenario, con un setlist impecable, fue un verdadero regalo. Este concierto quedará grabado en la memoria de todos los fanáticos del nu-metal en Chile. Agradecemos a P.O.D. por seguir haciendo lo que más aman y esperamos volver a verlos pronto.
Fotos @manson.fotografia