Mafalda nació en el año 2010 en Valencia, España, desde entonces han dado que hablar con su música dura y directa, que mezcla estilos e incluso lenguas, ya que cantan en español, catalán e inglés, generando una música y una identidad muy propia. En Latinoamérica han penetrado en un público que encontró en ellos respuestas a sus inquietudes musicales y líricas. Durante 2021 editaron “Les Infelices”, su más reciente disco, nacido en un periodo convulsionado y particular, y con el cual vuelven a Sudamérica, saldando una deuda con Chile, ya que en 2019 suspendieron su actuación, a causa del momento convulso que vivía nuestro país. Este 10 de noviembre harán su show, y ante esto, conversamos con Marcos De La Torre, cantante de la agrupación, quien se sinceró sobre distintos tópicos musicales y personales.
– Hablemos acerca de Les Infelices. ¿Cuánto influyó en el resultado final que se hubiera trabajado en pandemia?
– Es el primer trabajo de la banda en que trabajamos por separado, ya que normalmente nos reunimos en el local de ensayo y compartimos ideas. Es un proceso bonito, pero esta vez tuvimos que hacerlo desde casa, así que cuando terminó todo esto y pudimos vernos las caras, cada uno tenía un buen puñado de canciones y las pusimos en común. Fue muy diferente la verdad.
– ¿Y cómo es normalmente el proceso de composición de la banda?
– Lo que suele ocurrir es que partimos de una misma idea, pero es fácil que a mitad de la canción ella nos sepa a poco y cojemos otras ideas que en un primer momento iban a ser otra canción diferente. La pasamos a la misma tonalidad y la colocamos, nunca le hacemos asco a nada. Hay canciones que se han desechado y después terminan entrando en otras canciones que son temas de nuestro show para siempre. Es un proceso complicado, pero divertido.
– Eso es muy interesante, porque efectivamente uno escucha los temas y hay distintas sonoridades y elementos. ¿Buscan a propósito distintas influencias que vayan alimentando lo que van creando o es más natural que eso?
– No es que lo busquemos, pero siempre hemos intentado componer nuestras canciones siguiendo una línea como la de otras bandas que nos gustan mucho y que no han temido romper estereotipos, formar estructuras más complicadas, siempre hemos intentado hacer algo teatral a nivel musical, algo diferente y que cambie radicalmente en mitad de una canción. Digamos que no lo buscamos, pero componemos así. Venimos de una época entre 90 y 2000 en que muchas bandas rompieron estructuras, y venimos de esa corriente aun cuando muchas de esas bandas dejaron de tocar y murieron rápido. Por ahí nadie ha tomado el relevo, al menos por estos lados, y por eso a muchos les llama la atención, pero puedo nombrar muchísimas bandas con rollos más complicados que Mafalda.
– ¿Quedaron contentos con el resultado del disco o cambiarían algo?
– Yo prefiero como era antes. Tuvimos menos tiempo para cambiar las canciones y mucho tiempo para grabar, ya que no fuimos a estudio sino que lo hicimos por nuestros medios. El tiempo de composición no fue tanto y yo añoro esa manera de componer.
– Ustedes estuvieron acá el 2019. ¿Cómo fue esa experiencia en medio del proceso turbulento en que se encontraba el país?
– Fue impactante. Aquí en España hemos tenido muchas manifestaciones luchando por nuestros derechos, pero no con esa intensidad. Por supuesto enseguida solidarizamos con lo que estaba pasando y unánimemente decidimos no tocar, ya que la sala estaba ubicada a unas calles de Plaza Italia. En la puerta de nuestra hostal ocurrían estas cargas y estas peleas en donde la policía disparaba a nivel de los ojos de los manifestantes. Fue muy impactante e hicimos lo que pudimos para apoyar.
– No se si has seguido al tanto de lo que pasó después. Con la pandemia el movimiento bajó de intensidad. Algo que se logró fue la posibilidad de realizar una nueva constitución, pero eso se rechazó recientemente en votación. ¿Qué te parece que finalmente siga todo igual?
– He estado al tanto porque sigo a varios presidentes y presidentas más socialistas. Sigo a Gabriel Boric, que me gusta bastante lo que dice, pero es verdad que la votación de hace un mes fue un chasco. Yo pensé que ganarían, pero al parecer hubo una buena campaña conservadora. De todos modos la semilla ya está plantada, germinando y es cosa de tiempo. En España no hemos conseguido rehacer la constitución que es del año 78 y firmada por franquistas, con suerte se agregan artículos pero ni hablar de rehacerla.
– ¿Qué rol les gusta ocupar en España, un rol social o político para ayudar a remover conciencias?
– Es verdad que antes lo considerábamos una lucha. Lo seguimos considerando así, pero con el tiempo hemos intentado darle menos valor a nuestras letras panfletarias, que al final son consignas, y darle más valor al trabajo de la calle, que al final es lo más importante. Hemos intentado durante algunos años quitarle ese halo de famoseo y de misticismo a los artistas. A veces los artistas se hacen muy grandes y al fin y al cabo son personas que cantan canciones, y a veces es fácil olvidar lo que cantabas. Sobre todo nos hemos adaptado, ya que las cosas han cambiado mucho a nivel político.
– Para quienes no los han visto en vivo ¿Cómo es un show de Mafalda?
– El en vivo es lo mejor que tiene Mafalda. Los que nos siguen acá nos han visto en directo y han dicho “quiero volver a verlos” y es que en el escenario es donde brillamos, es donde más le ponemos ganas. Es una explosión de energía, no paramos, perdemos un kilo cada uno sudando en cada show.
– ¿Les ha servido la distribución digital para darse a conocer en lugares lejanos como acá en latinoamérica por ejemplo?
– Imagínate, nunca apuntamos hacia latinoamérica. Desde España vas con una productora, pero nadie puede llegar sólo sin un gran costo en publicitarse. En nuestro caso fue orgánico, las personas que nos conocen en latinoamérica es porque alguien lo escuchó, lo compartió y lo recomendó y si no fuera por eso, no habríamos podido ir.
Este 10 de noviembre Mafalda se presentará en vivo en Club Chocolate. Las entradas están disponibles en Passline. No hay que perderse este evento único, de parte de una banda única, que pocas veces sale y cruza el charco para dar un show que, por lo pronto, promete mucho.
