Por Felipe Panda
Formas de encarar la composición hay muchas, y por supuesto no existe una verdad absoluta. Pero cierto es que tomar la música desde las raíces, desde lo autóctono de cada pueblo, marca un carácter especial. Desde la maravillosa fusión vanguardista folclore-rock de Los Jaivas, un buen número de agrupaciones han tomado la posta a través de sus propias perspectivas, dadas por gusto o por su experiencia geográfica. En Copiapó existe una gran raigambre entre las bandas y su tierra, y muchos aspectos marcan esta unión: el desierto, la cultura del altiplano, la lejanía a la capital. Tenemos a Engranaje y “Mi tierra”, que rinde homenaje a su lugar de nacimiento, donde el desierto los marca y permea hacia lo que sale de sus parlantes, en lo que han denominado como “Rock desértico”. Winexperience y su hard rock con tintes psicodélicos, también destacan siempre el lugar de donde vienen en todas las etapas de su música. Teniente Juan se encarga en su hard rock-blues de recordar antiguos lugares de mala junta de la ciudad, junto a historias de poblados cordilleranos de la zona.
Mal de Pampa ha tomado la batuta en los últimos años gracias al elogiado disco “El último sol”, en donde las sonoridades propias del folclore nortino marcan presencia de manera firme, sin quitarle un ápice de potencia al rock que presentan, sumado a un arte y diseño en la misma línea y muy vanguardista, a cargo de Médu1a estudios, quienes también son oriundos de Copiapó y han llevado el arte de los discos de Mal de Pampa a ganar importantes premios en Europa (premios Clap, en Barcelona). Un trabajo de artesanía que nos acerca aún más a la idiosincrasia nortina. Leonardo Tapia, guitarrista de la banda, nos detalla algunos comentarios notables al respecto.
¿Qué los ha inspirado a incluir sonidos y temas folclóricos en su música?
L: Siempre quisimos rescatar la cultura de los instrumentos del folclore andino, ya que queríamos mezclar el rock con el folclore. En cuanto a los ritmos, también nos basamos en patrones establecidos del folclore, pero a nuestro estilo. Y el rescate de leyendas ancestrales de la región, a modo de enseñarlas a la gente más joven o niños que no sabían que existían, y qué mejor que por medio de una canción rockera.
¿Por qué la música de MDP fue tomando este camino a través del tiempo?
L: El poder aprender más sobre nuestros ritmos ancestrales nos ayudó mucho. Creemos que al mezclar estilos de música, estamos creando el propio, y lo mejor para eso es utilizar recursos que nos entrega el folclore latino americano. Chile, al ser un país cosmopolita, ayuda mucho a crear estilos propios utilizando recursos del folclore.
Cabe mencionar que la banda, con el tiempo, fue forjando y afianzando su identidad, ya que en un comienzo tenían solo percusión latina, pero el interés por seguir bebiendo del folclore los hace llegar a una alianza clave. Nos cuenta Leo: “Entra a la banda Carlos Villa (vocalista) quien tocaba en una banda de folclore andino (los llacos) así que ahí pudimos incorporar sonidos más andinos. (Quenas zampoñas, etc)”. Los llacos, junto a Los del chañar, son 2 bandas históricas del folclore de la zona. Quedaba conformada la mezcla perfecta.
¿Qué significa venir desde Copiapó para un grupo de rock como ustedes?
L: Es muy complicado ser de fuera de Santiago en Chile, por muchas razones, partiendo por nuestra situación geográfica. MDP siempre ha sido una banda de muchos integrantes para empezar, y al contar con dos percusionistas, siempre es difícil moverse. El centralismo nos ha afectado de manera directa, porque si se abre el show para una banda grande, por ejemplo, pasa en Santiago. Pasan cosas buenas en Copiapó pero son muchas menos. Eso si, todo esto inspira a crear cosas lindas como ferias o festivales que dan vida a la música en Copiapó.
Punto importante: MDP como agrupación cultural, han organizado 2 veces el festival Despierta el Desierto (2014 y 2015) llevando lo mejor del rock nacional hacia sus tierras, con bandas como Machuca, Kuervos del sur, Hielo Negro, 2X, La mala senda, Aguaturbia, Molo, Rama y Frank’s white canvas, junto a grupos locales experimentados (como los mencionados al comienzo) y otros emergentes, que tuvieron la chance de tocar en un escenario con condiciones de primera calidad. La vieja consigna de Mahoma y la montaña, pero que solo algunos se atreven a llevar a cabo.
¿Qué los identifica con su ciudad?
L: Recuerdo que los Hielo Negro nos decían que ese estilo fresco de MDP no podía ser de otro lugar geográfico que no fuera del norte. Creemos que nuestra música está muy ligada a Copiapó por nuestro clima y el lugar en donde se encuentra. Ha sido una ciudad de inspiración para la banda y gracias a eso, MDP ha crecido durante este periodo de vida.
La representación del árido desierto es la música seca, potente, que explota en los parlantes. Es la fuerza con que llevan su música al mundo. Mundo que podría haber sido sólo las calles de Copiapó, pero que se extiende por Chile y el extranjero, representando ese pequeño pedazo de tierra de manera soberbia.
