29 de octubre 2017 | Movistar Arena
Nota: Freddy Veliz | Fotos: Cristian Carrasco
A las 16:00 horas la banda argentina Temple, liderada por el eximio guitarrista de Rata Blanca, Walter Giardino tomó su turno en el Talavera Stage. Una de las curiosidades de esta segunda presentación en Chile (recordemos que la banda debutó el año pasado en nuestro país), era la oportunidad de ver en vivo el desempeño del cantante chileno Ronnie Romero, quien se transformó hace un par de años en toda una revelación, al ser llamado por el ex Deep Purple Ritchie Blackmore para formar parte en la nueva formación de Rainbow. Una buena camada de fanáticos se reunió frente al escenario, en que el legendario guitarrista argentino luce su innegable talento en las seis cuerdas, por algo está considerado entre los grandes referentes del heavy metal latinoamericano.
Si bien la propuesta de Temple, influida en el heavy metal clásico y una buena dosis de hard rock, no impresiona por ser innovadora, si logra una reacción positiva por parte de los asistentes, creaciones originales como “Corte Porteño”, “Sobre la Raya” o “Cacería” suenan fuerte y precisas entre rostros que se muestran claramente cautivos cuando la banda interpreta “The Man on the Silver Mountain” original de Rainbow. Romero nos logra emocionar con su gran calidad vocal, su registro cercano al del recordado Enano Maldito, nos hace sentir la reencarnación de Dio en este joven cantante que ofrece una performance de nivel internacional, su meteórica carrera en Europa junto a su banda Lords of Black, más el hecho de llegar tan alto como tomar el puesto de gigantes leyendas como Ronnie James Dio o Joe Lynn Turner en Rainbow, lo han pulido a tal nivel, que puede pararse en cualquier escenario del mundo. Ojalá podamos tenerlo de vuelta junto a Blackmore, y por qué no, junto a Lords of Black, que se han hecho de grandes elogios en España. La versión de “Neon Knights” de Black Sabbath llegó a causarnos más de un escalofríos por hacernos revivir el vozarrón del desaparecido y querido frontman, Romero eleva su mano haciendo la señal de los cuernos, en honor a uno de los principales cantantes del metal de todos los tiempos.
Luego de algo más de treinta minutos la banda se despide en medio de una gran ovación, y Giardino junto al baterista Fernando Scarcella y al bajista Pablo Motyczak deben partir rápidamente al interior del Movistar luego de despedirse con “Alquimia” para cumplir cometido junto a Rata Blanca, un doblete poco habitual para los músicos pero que no se ahorran agallas para vivir la música con intensidad.
Una vez en el interior la legendaria banda Argentina Rata Blanca, no hacen más que avalar su tremenda trayectoria. El conjunto que constantemente visita nuestro país, llegó a Santiago Gets Louder para una vez más encantar a sus férreos seguidores y para conquistar nuevos adeptos que probablemente nunca han visto a los argentinos en vivo, sobre todo las generaciones más jóvenes, de los que vimos en gran cantidad en el recinto ubicado en el Parque O’higgins de la capital. La banda es toda una institución dentro del heavy metal latinoamericano, en mayo de este año sufrieron uno de los golpes más duros en su carrera, la repentina muerte de su bajista histórico Guillermo Sánchez sacudió al metal hispano, pero la agrupación, salió adelante con todo lo que pueda significar tan impactante pérdida, y lo demostró con creces en El Domo, ofreciendo un concierto de gran factura donde repasaron toda su trayectoria, apelando también a presentar parte de Tormenta Eléctrica, el último trabajo en estudio, lanzado el 2015. Así cortes como “Los Chicos Quieren Rock” y “Rock and Roll Hotel” se entremezclaron entre clásicos como “Sólo para Amarte”, “Guerrero del Arco Iris” o “Agord, La Bruja”.
Adrian Barilari solo confirma su expertise y gran forma vocal, que parece no desgastarse con los años, su performance no tiene nada que envidiar a los más importantes frontmen mundiales, y así lo reconocen también quienes han seguido incondicionalmente su carrera, por otro lado Walter Giardino no hace más que justificar su lugar en el podio entre los guitarristas más importantes de este lado del mundo, a pesar de algunas críticas que cierto sector hace de su figura, respecto a su notoria influencia de Ritchie Blackmore, sello del que le cuesta alejarse, a pesar de que en sus últimos trabajos denota cierto ahorro de malabares para centrarse con mayor energía en componer al servicio de la canción, más que de impresionar con su depurada técnica. Pablo Motyczak por su lado, justifica su puesto, reemplazando al Negro Sánchez en el bajo, siendo sustancial en mantener firme la carrera de la banda.
Un show de mucha potencia que terminó con dos de sus más reconocibles clásicos, la balada “Mujer Amante” que hizo corear a todos los rudos metaleros que en forma masiva ocupaban el interior de Movistar Arena, finalizando con el himno “La Leyenda del Hada y El Mago”, en medio de una merecida ovación que selló un regreso por nuestro país, refrendando así el prestigio ganado en más de 30 años de carrera encumbrados como una de las bandas mas grandes del género que ha dado el país trasandino.
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