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[Live Review] Swallow The Sun + Mourning Sun: Ritual de Gárgolas

“Un espectáculo que abrió y desgarró tímpanos y también corazones, al son de los azules y violetas del clásico club, que esperamos repetir en el futuro”.

Luego de un mundo en Pandemia y un receso larguísimo de conciertos, hoy comienzan a retomarse algunas fechas y algunas de ellas muy esperadas por el público chileno. Una de estas fue la que vivimos anoche en Club Chocolate junto al debut de las gárgolas finlandesas de Swallow The Sun, quienes, a través de una performance cargada de densidad, heterogéneas atmosferas y una brillante calidad, la que además contó con la participación de la solemne banda nacional, Mourning Sun, como teloneros, nos maravillaron con una verdadera oda a la oscuridad y las sonoridades desgarradoras.    

Los artífices de la antesala, los nativos de Mourning Sun, se han destacado no solo por la peculiaridad en su sello, sino también por la gallardía y sutileza en sus apariciones en vivo, en donde sin ser ostentosos han logrado llenar espacios de forma energética, por la calidad de su música y el oscuro carisma en sus presentaciones. En definitiva, Mourning Sun han sostenido una propuesta que va más allá de lo sonoro y eso se vio anoche en cada interpretación iniciando así una jornada idílica del género, tras la interpretación solemne de Vena Cava, Deep Downward, No Escape, Ecstatic Magellanism y The Exhaustion of Life, con un público agradecido y receptivo, nos deleitamos con una mesurada presentación en manos de Rodrigo Morris y Ramón Pasternak en las guitarras, junto a Hermaunt Folatre en el bajo, Vincent Zbinden en la batería y la grandilocuente voz de Ana Carolina.

Luego del éxito de su disco anterior, When a Shadow Forced Into the Light de 2019, los finlandeses de Swallow the Sun hoy están realizando la gira de Moonflowers, su último álbum del 2021 que los llevó al número uno de diversos rankings en su país y los ha puesto en el ojo de la escena mundial. Tuvimos como país el privilegio de ser uno de los puertos para el arribo de esta gran agrupación y su paso por un escenario modesto como el de Club Chocolate, lo generó una distintiva entrega a la intimidad entre los músicos y la exégesis de sus fans, no solo coreando sus temas ya que muchos de ellos realmente terminaron emocionados por la profundidad de las letras y el recorrido sonoro del que fueron participes, pues si de emoción se trata lo que vivimos anoche fue un viaje colosal a través de la infinidad de las emociones bajas. Con la melancólica guitarra de The Fight of Your Life, la partida a las 21:02 exactas, prosiguió con el nuevo sonido de Enemy, que irrumpió enérgicamente en el espacio y sostuvo una ovación hasta su sucesora, Rooms and Shadows junto a sus desgarradores riffs, más allá de la gracia y técnica con la que interpretan en vivo sus canciones, es el poder de su emplazamiento sobre el escenario lo que proyecta más allá de los sentidos de la audición y logra socavar hasta el sentimiento más minúsculo de quien los escuche.

Los graves guturales y las tenues voces, en perfecta conjunción con los instrumentos y el movimiento de sus intérpretes, transformo a estos músicos en verdaderas gárgolas a contraluz, lo que permitió que clásicos como Falling World, Cathedral Walls y Firelights, se convirtieran en himnos de la perpetua oscuridad, como un ritual de estoicas criaturas al compas hacia un viaje al profundo letargo de terribles emociones y desoladas historias, en donde la gracia de condensarlas en música son el goce máximo para toda alma que ayer haya presenciado este evento, bajo el alero de la productora nacional Spider Prod.

Sin duda alguna lo nuevo que vinieron a presentar es una consecuencia del trabajo y manejo perfecto de las frecuencias bajas, un disco que gracias a las voces de Woven Into Sorrow, ayer solidificaba la trascendencia de este carácter junto a sus anteriores éxitos como, Stone Wings, New Moon y el denso Don’t Fall Asleep (Horror Pt. 2), que esgrime una entrega deliciosa en el gutural, con oscuros riffs y genera un espesor magnífico para el ambiente. El cierre se materializaba con This House Has No Home, canción que adquiere un potencial extra en vivo, ya que es un crossover de recursos sonoros insignes de los rincones más oscuros del metal, incluso guiños con sabor a black pudimos esbozar en ella este jueves de penumbra.

Finalmente, un elegante encore se abría paso con tres entregas majestuosas, Moonflowers Bloom in Misery, conectaba con la actualidad y la tristeza en los nuevos acordes, mientras que Descending Winters nos traía de regalo el poderoso sonido de la recóndita época del perfecto Ghosts of Loss y para broche de oro, sellar el ritual junto a la maravillosa Swallow (Horror, Part 1), con la que nos transportaron a diversos parajes del sonido del principio de siglo. Sinceramente un espectáculo que abrió y desgarró tímpanos en el lúgubre sentido de la palabra, además también de perturbar corazones, al son de los azules y violetas del clásico club junto a una atmósfera dantesca de perfecto doom, que esperamos repetir en el futuro.

Por Litta – Fotos: Eugenia Fuentes

Written By

Notera y creadora de contenido en iRock. Leal servidora del Rock, el Metal y los sonidos mundanos. Conductora en "La Previa" y Co-conductora en "Rock X-Files". | Mail: litta@irock.cl

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