Stick Men – Tony Levin
20 de mayo 2015 | Teatro Nescafé de las Artes
Tercera pasada por nuestro país del proyecto Stick Men, integrado por el destacado y carismático stickista estadounidense Tony Levin (Peter Gabriel, King Crimson), Markus Reuter (Tuner, The Crimson ProjeKct) en el touch guitar y Pat Mastelotto (Mr. Mister, King Crimson) en batería. El trío que el 2012 entregó una soberbia presentación en el Teatro Nescafé de las Artes, regresó al mismo recinto para seguir cautivándonos con su envolvente propuesta musical.
Siempre apuntando a una sobria escenografía, donde la música es la única protagonista de la jornada que comienza a las 21:10 en punto. Las luces bajan, y nos abocamos a entregar nuestros sentidos a los intrincados y atmosféricos pasajes creados por estos virtuosos, que se funden a sus instrumentos y nos conducen a una maratón de sonidos hipnóticos y sincopadas métricas que fluyen en perfecta sincronía.
Tony Levin es el maestro de ceremonia, y nos va presentando cada tema en un español que ha ido perfeccionando con el tiempo. La primera ovación de la velada se presenta cuando anuncia “Vrooom Vrooom” clásico del álbum Thrak (1995) de King Crimson, cuyo riff característico adquiere mayor densidad en las cuerdas de Reuter y Levin en vivo, que la obra original. Al someterse a esa experiencia es inevitable soñar con una visita de la legendaria agrupación liderada por Robert Fripp.
Piezas como “Crack in the Sky” interpretada en español por Levin, una particular versión de “Mirage” original de Mike Oldfield , “Cusp” y “Nude Ascending Staircase” del álbum Deep publicado por el trío el 2013, la majestuosa interpretación de “The Fire Bird Suite” del compositor ruso Igor Stravinski, o “Brethless” del álbum Exposure que Robert Fripp publicara en 1979 con un extensa lista de ilustres invitados, fueron recibidas con un discreto fervor por el público, demasiado discreto a mi parecer, los aplausos se doblegaban con las versiones de “Sartori in Tanger” e “Industry” propiedad de los esquivos King Crimson. Para el bis con “Soup” que da el nombre al álbum debut de este proyecto de Tony Levin, los asistentes se soltaron algo más para finalizar ovacionando la increíble “Lark’s Tongues in Aspic II” del Rey Carmesí. Un público más discipline que indiscipline, fue el que esta vez recibió al trío que dio muestras de un compenetrado trabajo de cuerdas, golpeadas con sutileza cuyo sonido logra un potencia de tono grave y punzante, Mastelotto es dueño de una energía que se distribuye con precisión a través de sus tambores, experimenta con sus platos, acribillando nuestros oídos sacando agudos y filosos ruidos metálicos desde los bordes de estos.
En la poco convencional apuesta de Stick Men existe la libertad para improvisar, jugar, abstraerse en sonidos que van de lo lúgubre a lo excelso, de lo parsimonioso a lo impetuoso. Los músicos son dueños de una humildad admirable que obedece a que su trabajo está estrictamente centrado en su arte inquieto, en buscar derribar límites y agotar recursos en cada uno de sus instrumentos. No hay divismo ni egos sobredimensionados, Tony Levin se da el tiempo de fotografiar sonriente al público desde el escenario, e invitarlos a esperar al término del show para repartir firmas y algún registro fotográfico con alguno de ellos.
La reverencia de rigor y el aplauso agradecido nos recuerdan que debemos volver a tierra y esperar hasta la próxima, esperanzados rogamos que sea con Fripp y su agrupación fundamental del progresivo, pero si Levin quiere seguir visitándonos junto a su trío, bienvenido sea nuevamente, de eso no hay cuestionamientos.
Review: Freddy Veliz O.
Fotos: Miguel Fuentes
