RATA BLANCA en CHILE, 25 años
23 de noviembre de 2012 | Movistar Arena
Por Mario Molina Leiva
25 años no pasan en vano. El eco de los amplificadores tardará un buen rato en apagarse de la memoria de quienes asistieron anoche al Movistar Arena. Una velada cargada a las guitarras afiladas, lineas de bajo poderosa, un ambiente envolvente de los teclados, una batería contundente y una voz privilegiada, conjunto de elementos que Rata Blanca sintetizó en 18 temas y dos horas y media de un espectáculo del que no se esperaba menos.
A las 21:30 caen las luces del Arena, y entre los no menos de 3.000 asistentes se genera la expectación: el sonido ambiente de un helicóptero circulando el escenario se hace sentir entre los vítores y gritos de un público que aguarda frente a un telón negro.
Cae el velo y explota el arena con el contundente riff de Diario de una Sombra, tema con el que Sanchez, Scarcella, Moschen, Barilari y Giardino dan rienda suelta a esta historia. Manteniendo la misma intensidad, 71-06 (Endorfina) se hace escuchar, y el público se vuelve loco, saltando y coreando incitados por el impasible Barilari, quien sabe como manejar a su audiencia, para pasar inmediatamente al clásico de su primera placa, Solo para Amarte.
Después de este pie de partida es que el vocalista Adrián Barilari se da el tiempo para saludar a su público en la celebración de estos 25 años de historia de Rata Blanca, agradecidos de presentarse nuevamente en nuestro país. De un lado a otro, cautivando a los presentes, nos muestra ese talento del que es poseedor, que se mantiene incolumne a través de toda su carrera, sin flaquear ni un solo momento. Su impecable técnica vocal, sumado a su total dominio del escenario y su interacción con el público hacen de este un show entretenido, que a pesar de no ser visualmente muy interesante, genera los ambientes necesarios para que la gente se sienta parte del espectáculo.
Estás en mis sueños es el tema encargado de reanudar el show tras el saludo inicial de los músicos, y le siguen Lluvia Púrpura, El Beso de la Bruja y La otra Cara de la Moneda. A estas alturas del show, Barilari nos comenta entre tema y tema la grata sensación que han generado estos 25 años junto al público, relación que para el va más allá de todo,”Ustedes y nosotros somos uno, somos rock and roll!”
Avanza la noche en el Movistar Arena, avanza la lista de temas y nos encontramos de pronto ante un solitario Walter Giardino frente al público. Las luces se acallan y empieza lo que será un solo de proporciones. Con una técnica prolija en su Fender Stratocaster, Giardino nos impresiona canción tras canción, solo tras solo, nota tras nota, en una demostración de lo que 25 años de rock hacen en el cuerpo. No solo son melodías complejas y llamativas, también son riffs bien armados e interesantes, que provocan a la gente y las deja siempre queriendo más. De más está decir que este guitarrista es un espectáculo por si solo, siempre interactuando con el público, tomándose el escenario cuando le corresponde con sendas intervenciones que destacan de todo el resto, siendo uno de los elementos imprescindibles dentro de esta banda.
La noche sigue y la música no para, cuando es turno de el a estas alturas himno: Mujer Amante. El público explota en euforia al escuchar el famoso riff de esta canción, y sigue coreando junto con Barilari, quien llama a ese público impasible a moverse y a cantar. Verso tras verso, el público se vuelve un protagonista con este tema, donde hombres y mujeres de todas las edades se hacen uno para seguir al son de una de las baladas rockeras que han marcado la historia del rock latinoamericano.
Lo que se debe hacer notar es el ambiente que se genera en estos temas, que en general siguen la tónica de todos los conciertos de Rata Blanca, a mi juicio, gracias a las notables intervenciones en los teclados de Danilo Moschen, que sin destacar de sobre manera en contraste a Giardino, logra crear un aura especial para cada tema, y complementar de buena manera el trabajo del guitarrista. Este tecladista, a pesar de ser relativamente nuevo en la alineación, no se queda atrás, ya sea por la sensación que produce en los temas como ambiente o cuando interviene en las lineas melódicas del piano para formar melodías que no dejan indiferente a nadie.
Sobre las lineas rítmicas no hay nada que decir: Guillermo Sánchez se gana sus porotos con su pesada intervención en el bajo, sumado a su actitud en el escenario nos deja una grata sensación de plenitud hermética en relación a la simbiosis que se genera entre los miembros de esta banda sobre las tablas, en especial con el baterista Fernando Scarcella, que permite desde su batería mantener todos y cada uno de los ritmos con total desplante y pulcritud, con sendas intervenciones al abrir varios de los temas dándole la fuerza que ninguno de los otros instrumentos puede entregar.
Abrazando el Rock and Roll y Chico Callejero son los temas que definen el término del setlist que la banda había definido, tras los cuales la banda abandona momentáneamente el escenario para volver a éste ante los gritos insaciables de un público que se quedaba con gusto a poco y exigía más, para terminar con La llave de la Puerta Secreta, Guerrero del Arcoíris y la mítica Leyenda del Hada y el Mago.
En términos globales, podemos decir que Rata Blanca es un imperdible. Un concierto que no solo entrega música, sino que toda una experiencia para quienes asisten a sus eventos, ya sea por su interacción con el público, el talento de todos y cada uno de sus miembros o el sonido de primera calidad que constituyen elementos recurrentes en todas las presentaciones de estos grandes argentinos.
Fotográfias de Cristian Carrasco S.
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