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Live Review | Marillion Weekend en Chile (Día 2): Emociones del pasado y del presente.

La segunda noche de Marillion Weekend estuvo marcada por grandes emociones con clásicos del pasado y sus nuevas canciones

20 de mayo 2017 | Teatro Caupolicán

Nota: Freddy Veliz | Fotos: Miguel Fuentes

 

 

Luego de un viernes donde los más fanáticos seguidores de Marillion, tuvieron la oportunidad de empaparse de melodías pocas veces interpretadas en vivo por la banda británica, se venía la segunda noche, que prometía la presentación íntegra de F.E.A.R, el último trabajo discográfico publicado terminando el 2016, además de completar el set con un puñado de clásicos históricos de su catálogo.

En esta jornada los invitados a abrir el telón fueron la prestigiosa agrupación argentina Bad Dreams, quienes guardan una muy buena relación con Steven Rothery, el que incluso colabora en uno de los temas de Deja Vú, segundo álbum de los trasandinos editado el 2016. Bad Dreams demostró el gran bagaje que ha adquirido, desde que eran una banda que tributaba a los legendarios Genesis a lo que han logrado con su obra original. Las influencias son patentes en la propuesta argentina, música directamente relacionada con el progresivo clásico y al neo progresivo de bandas como IQ o Pendragon, y de los mismísimos Marillion. Intensos pasajes instrumentales, donde el teclado a cargo del virtuoso Jorge Tenesini cobra vital importancia, él es el fundador y su presencia es esencial, llenando de exquisitas atmósferas el recinto, una banda sólida, completada por el guitarrista Ariel Trifunoff, el bajista Alex Calvera, la potente batería de Fernando Cornejo y las impecables vocalizaciones de Gabriel Agudo. Con “Samurai of the Rising Sun” y “A Trick of a Wind”, obras de contrastes melódicos, muy bien ejecutadas de su más reciente placa inician su debut en Chile.

De su primer disco titulado ‘Apocalypse of the Mercy’(2015) extrajeron solo “Closer” completando su show con “Fallen”, “Song for Augusto” y “Deja Vú” claramente una lista enfocada en promocionar su último trabajo. El quinteto se honra en poseer en su currículum el ser la primera banda progresiva de su país en traspasar las fronteras del continente, y lo que pudimos ver en el teatro no hace más que potenciar el motivo por el cual han destacado. Un show intenso con el oficio técnico de los grandes, un acierto y un privilegio para los que ahí estuvieron, esperemos que esta primera vez cruzando la cordillera sea el aliciente para un regreso en solitario.

Al igual que el primer día, se cumple la premisa de la puntualidad inglesa, y a la hora pactada se apagan las luces y en la pantalla de fondo se proyecta una cuenta regresiva hacia el pasado con extractos de cada uno de los discos hasta llegar a 1988, con la imagen de un muro de amplificadores bajo el logo Marquee (mítico escenario inglés), el quinteto nos sorprende con un resumen del álbum Clutching at Straws. Cortes insignes de un álbum que marcó la salida de Fish de las filas de la banda, y que para muchos es el trabajo más maduro de esa etapa. Las emociones fueron multiplicadas en los asistentes al poder disfrutar de una muestra poderosa de clásicos tales como el introductorio “Hotel Hobbies” que antecedió, al igual que en el álbum a “Warm Wet Circles” con el público rendido frente a un Hogarth inspirado y que no resta teatralidad con sus movimientos, desplazándose por el escenario y logrando gran compenetración con estas obras que mantenemos registradas en nuestra memoria con la voz del gigante escocés.

La interpretación de temas como “That Time of the Night” y “White Russian” traspasaron nuestras expectativas, y a diferencia de la introspección del viernes, lo que se estaba experimentando en esta segunda noche era totalmente energizante, con “Incommunicado” el público se levantó de sus asientos coreando y saltando al compas de uno de los grandes y celebrados hit de los ingleses. Hogart, Rothery, Trewavas y Mosley son un equipo afiatado que ha impuesto un estilo propio a través del tiempo, al mirar a través de los años el cambio que ha muchos no gustó terminando los ochenta, podemos verlo como necesario para cortar ataduras con esa inevitable asociación con Genesis en sus inicios, ahora pueden revisar ese pasado sin culpas y con la historia de su lado. “Slàinte Mhath” y la siempre bien recibida “Sugar Mice” finalizaban el repaso de Clutching…, pero eso no era todo y una triada de otros clásicos de la primera etapa sorprenden a los asistentes, increíbles vistas a “Lords of the Backstage” y “Blind Curve” del implacable Misplaced Childhood y “Market Square Heroes”, lado B de los inicios de la agrupación cuya inclusión fue inesperada para los asistentes que emocionados sumaban sus voces a la de Hogarth, y se dejaban transportar por los siempre conmovedores solos de Steven Rothery, un guitarrista que lleva impregnada en su sangre la escuela impuesta por David Gilmour, esa de dar preferencia a la pasión y las emociones, antes del virtuosismo atlético de gran parte de los guitarristas del género.

Marquee desaparece de la pantalla para dar paso nuevamente al conteo de los años hasta el 2017, llegaba el momento de lo prometido y el arte de F.E.A.R se tomaba el escenario para que la banda nos indujera en esta última obra de su carrera, con una impecable interpretación. El disco fluye por una infinidad de atmósferas que mantienen expectante a la audiencia, Rothery liberando notas desde la guitarra acústica y Hogarth rebosando sentimientos con su voz en medio de una puesta en escena donde la iluminación toma un papel preponderante, uno de los detalles más destacados de este Weekend. Las cámaras que se ubican en distintos puntos del teatro van registrando cada momento del concierto para su inmortalización de un evento soñado no solo de la comunidad marilliana chilena, vemos banderas de Argentina, Australia o Perú que denotan el interés de algunos extranjeros por vivir esta experiencia.

Cinco son las canciones que componen F.E.A.R, y que Marillion nos entregó íntegramente en una noche donde su  honestidad y cercanía son  parte de las causantes de disparar emociones diversas desde su arte, uno que en Chile ha sido tan bien recibido a través de los años por una comunidad leal de seguidores, que hacen lo posible por vivir cada visita de la banda como si fuese la primera, y ellos lo entienden también de esa manera, por lo que la conexión es inmediata.

Hoy continúa el encuentro con los chilenos Tryo y la más música y emociones coronadas con la interpretación completa del álbum Marillion.Com de 1999, disco que delata la visionaria mirada de los británicos adelantándose a la explosión digital que se venía en el nuevo siglo. Un fin de semana de ensueño que llega a su fin, pero que dejará enmarcada en nuestras memorias una experiencia única que no sabemos si se vuelva a repetir.

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Noticia publicada por el área editorial.

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