15 de diciembre 2017 | Club Blondie
Nota: Cecilia Bravo Brach | Fotos: álvaro Mánriquez
Una tremenda jornada la de anoche, viernes 15 de Diciembre 2017, brindada por los legendarios del metal gótico, Lacrimosa. Una atiborrada Blondie dio la bienvenida a Tilo y Anne, donde un mar de fans, en su gran mayoría finamente ataviados de negro, gritaban de euforia a las 21:07 cuando comienzan a aparecer los integrantes sobre el escenario. Tilo Wolff (voz y compositor), Anne Maartjana Nurmi (voz y teclado), Jay Peter Genkel (guitarra), Yenz Leonhardt (bajo), Henri Flymann (guitarra) y Julien Schmidt (batería) nos dieron más de 2 horas de música, haciéndonos recorrer sus 25 años de trayectoria, con un gran énfasis en su última entrega ”Testimoniun”, réquiem compuesto para los músicos fallecidos durante el pasado 2016. Expusieron una dinámica distinta a lo clásico, ya que nos sorprendieron con 2 pausas, ambas cortas, en las cuales retornaban llenos de energía y glamour, por el llamado efervescente del público. Tras el segundo corte, se entona la última canción, durante la cual los espectadores les entregan una bandera chilena con una serigrafía del arlequín, momento emocionante para todos, banda y audiencia.
Escasas fueron las palabras dichas por los vampirescos vocalistas, pero con un gran significado, ya que Tilo agradeció al fan club “Lacrimosa Chile” por su preocupación y muestras de cariño. Muy carismático se mostró Tilo, bailando y orquestando las canciones que se iban desarrollando y, el toque de sensualidad de Anne se hacía presente al tomarse el front del escenario para deleitarnos con su voz o al dar vida a las canciones con su teclado.
Varias fotos al final del show fueron tomadas por la banda para, luego, ir desapareciendo tras bambalina, uno a uno, haciendo que la inquietud del público se volviera patente, nadie sabía si se irían permanentemente o volverían a hipnotizarnos con unos minutos más de metal. La respuesta de la audiencia se hizo notar con cantos, gritos y una lentitud extrema en volver a la realidad y abandonar el local. Fue difícil. Pero al oír la canción “du hast” de Rammnstein por el altoparlante, volvimos al mundo actual. El show había terminado.
En resumen, fue un show increíble.
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