HERBIE HANCOCK EN CHILE
14 DE AGOSTO 2013 | TEATRO CAUPOLICÁN
Por Freddy Veliz
Lo vivido anoche en el Teatro Caupolicán, fue una de esas experiencias solemnes ante una leyenda del jazz contemporáneo, con 73 años de edad Herbie Hancock volvió a Chile para entregarnos un repertorio con sus más destacadas obras, acompañado de una banda de extraordinarios músicos, quienes individualmente tuvieron la oportunidad para robarse la película.
A las 21:20 horas se apagan las luces y ante un Caupolicán repleto se ilumina el set de batería ubicado en el centro del escenario con el genial Vinnie Colaiuta (Sting, Frank Zappa, Chick Corea,Megadeth) marcando el tiempo, luego es el turno del bajista James Genus (Chick Corea, Branford Marsalis, Bill Evans, Daft Punk, Steps Ahead) quien comienza a ejecutar sus primeras notas, para que sentado sobre una tarima tras las tablas hindúes se haga presente el gran percusionista Zakir Hussain, considerado el mejor ejecutor de su instrumento a nivel mundial, y quedó más que demostrado en la mágica noche que se nos venía, al final aparece la leyenda viva de Herbie Hancock para comenzar rápidamente a interpretar “Action Proof” ante la ovación del público, pieza en donde la improvisación, los sonidos con reminiscencia orientales aportados desde la tabla de Hussain, y pasajes en que Colaiuta junto a Genus se turnan para que perplejos disfrutemos de sus extraordinarias dotes instrumentales, nos adentren en el fantástico mundo de la música del pianista afroamericano, que con mucha empatía saluda al púbico con un español bien aprendido “Hola Santiago! Buenas Noches. Hace muchos años que no venía, siempre es un placer para mí” luego de presentar a sus músicos, habla del frío que hace fuera del teatro, aclarando que en el interior está caliente, sacando risas en la audiencia. Luego anuncia que a continuación ejecutara dos piezas, una nueva y otra vieja, se refiere a su clásico “Watermelon Man”, (grabado a los 21 años en Takkin’ Off su disco debut de 1962 publicado por el sello Blue Note) y a “Seventeen” de la que aclara que de los 17 beats solo ejecutará 16 porque 17 es muy complejo, sacando nuevamente risas del público.
Una ejecución impresionante en cada una de sus partes, si bien Colaiuta y Genus se ganan las miradas de los presentes, Hussain es un aporte fundamental a estas versiones, llenando de texturas con el particular sonido que logra desde su instrumento, verlo ahí sentado sobre la tarima le impregnaba una atmófera mística al show. Herbie Hancock en su piano, avalado por su prestigio, cautiva con sus notas imposibles como si fuesen un juego de niños, y fuera de creerse la estrella, cede el protagonismo a sus acompañantes, aunque bien sabemos quién era el jefe.
Luego es el turno de presentar “Come Running to Me” de su álbum Sunlight de 1978, una pieza de fusión jazz- funk en donde utiliza el vocoder en la voz, y que es parte fundamental en el desarrollo de la era más cercana a la electrónica por parte de Hancock.
El vocoder sufrió problemas técnicos que hubo que suplir con la astucia de Colaiuta y Genus para improvisar mientras un desesperado roadie intentaba solucionar la falla, y Hancock en una actitud que solo los grandes pueden lograr, continuaba incólume ejecutando el piano como si nada ocurriera. Aunque fue bastante notorio, la salida fue efectiva. Dando paso rápidamente a que Zakir Hussain ejecute un solo de tabla que nos dejó a todos rendidos ante la impresionante gama de sonidos que logra, a través de una técnica de palabras mayores. Se dio licencias para interactuar con alguien del público cuando con la voz ejecuta las notas de la tabla, una técnica vocal asombrosa, con guiños a la Overtura de Guillermo Tell de Rossini y al tema de la Pantera Rosa de Henry Mancini demostró tener un carisma que se ganó los aplausos y vítores del público, y los elogios de Hancock que nos mira y afirma que lo visto es ridículo e imposible.
La noche continuó con un extenso solo de piano por parte del maestro que nos sumergió en una hipnótica experiencia.
No podían faltar los clásicos “Cantalope Island” ni “Chameleon” en una velada que llegaba a su fin en medio de la ovación instantánea de los fanáticos que llenaron el recinto de calle San Diego para empaparse del virtuosismo de uno de los músicos más influyente del jazz fusión, ese que mas allá de las críticas de los puristas, ha sabido abrirse a cualquier estilo musical, haciéndose acompañar por músicos de diferentes géneros, no olvidemos que en su última placa se hizo acompañar por las voces de artistas como Pink, John Legend o Juanes, recreando canciones como Don’t Give Up de Peter Gabriel o Imagine de John Lennon. Un artista sin complejos ni prejuicios que lleva el sonido del jazz a las masas sin caer en facilismos, para el bis no podía ser otra que “Rockit” la encargada de poner el punto final a este reencuentro con el músico que a los 23 años era contratado por el mismísimo Miles Davis para grabar “Seven Steps to Heaven” y mantenerlo por cinco años grabando casi una decena de clásicos discos.
A pesar de que los problemas técnicos pusieron en aprietos al músico en varios pasajes, e incluso fallando las secuencias en “Rockit” obligando a Hancock a intentar re-afinar su teclado portátil, sin muy buenos resultados, el peso de la experiencia de la banda completa hizo desviar la atención y que todo pasara a ser una mala anécdota en una noche en que los sonidos de avanzada tuvieron su cita con uno de sus exponentes predilectos.
HERBIE HANCOCK EN CHILE
14 DE AGOSTO 2013 | TEATRO CAUPOLICÁN
© Diego Mena
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