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Conciertos

[Live Review] KILLSWITCH ENGAGE: el metal sin fecha de vencimiento

10 de diciembre 2019 – Blondie

Nota: Boris Jackson – Fotos: Andie Borie

 

En medio del ambiente agitado de los días actuales en Santiago, una legión de fanáticos del metalcore asistían a una cita imperdible en el ya conocido Club Blondie: el regreso de los norteamericanos KILLSWITCH ENGAGE, a quienes no conocía, pero que me llamaron la atención desde el primer track escuchado en mi estudio de la banda…y lo que ví no fue más que la confirmación de estar frente a una TREMENDA agrupación, por lo que el concierto y la convocatoria prometían. Y para rematar, tendría la oportunidad de ver por primera vez a Robot The Mimbre, quienes están desarrollando una sólida carrera en el ambiente rock nacional, y si estaban sobre el escenario, era por algo…lo que sin duda me generaba mucha expectativas. Absolutamente cumplidas, por lo demás.

 

ROBOT THE MIMBRE.

A las 19:00 horas, con puntualidad inglesa se inicia el show de los potentes Robot The Mimbre, a quienes tampoco había escuchado ni visto en vivo. Con un buen sonido en general (salvo un pequeño boost en los agudos que a veces era algo demasiado punzante estando en el primer tercio de la cancha, y que se acentuaba en la batería) RTM recorre en 30′ muchos de sus clásicos, en medio de una convocatoria que uno quisiera más numerosa y encendida. Sin embargo, los nacionales hicieron un show notable, que fue in crescendo en cuanto a soltura e intensidad. Eficiencia y precisión en todas las líneas y funciones, con mucho poder en riffs y trabajo rítmico lo que invitaba al headbanging sin mayor esfuerzo. Buen trabajo del frontman Ignacio Suárez, quien cuenta con una voz potente y afinada, y con un carisma que te hace creer en el discurso social planteado en letras e intervenciones habladas.

La banda formada por Ignacio Suárez (voz), Esteban Ruedlinger (guitarra), Luis Urrutia (guitarra, última incorporación), Pablo Aranda (bajo) y Néstor Osorio (batería) logró, con no poco empeño y persistencia, encender a la primera línea del aproximado 20% de convocatoria del momento. A las 19:30 finaliza una excelente presentación con el público (llenando a esa altura el Club Blondie en un 50% aprox.) coreando “máquina!” Elección de la banda absolutamente a la altura de la situación. Sin duda, RTM dejó muy bien parado el nombre del rock/metal chileno.

 

KILLSWITCH ENGAGE

El reloj marcaba las 20:00 y si bien el check de los instrumentos estaba listo, Club Blondie era una olla a presión, lleno en un 90% aprox., con todo el mundo silbando y pidiendo el inicio del show de los norteamericanos. Muchos ya se sobaban las manos mirando un setlist a la vista en la consola de audio, en donde aparecían muchos hits que posteriormente entendería que son considerados como himnos por sus fans.

Desde el tema 1 (incluso desde el opening con The Final Countdown de Europe) el público coreó y saltó cada canción del que se apreciaba un nutrido set de éxitos. En ocasiones el canto del público era tan potente, que costaba distinguir la voz principal. Ya en el 2o tema, el potente y carismático frontman JESSE LEASE ejecutaba un “stage dive”, lanzándose al público como en los mejores tiempos del rock, sin perder la precisión en el canto (cuan importante se ha tornado para un cantante de metal moderno el uso y dominio de la técnica gutural, aunque y pese a gustar mucho, el reinado de la melodía cantada es inamovible) Me sorprendió el amor incondicional de los fans para con la banda, aunque luego comprendí el porqué.

KSE le regala al público metal exactamente lo que busca: melodías cantables (dado su muy inteligente trabajo compositivo en rangos de notas muy cómodos para que cualquiera pueda cantar las canciones y en el desarrollo rítmico, lleno de figuras cortas y a alta intensidad, que convertía el canto en un grito de guerra, prácticamente) y MUCHO headbanging, con un excelente trabajo rítmico en riffs, perfectamente ensamblados con la batería, masacrada por JUSTIN FOLEY. Todo el show era descomunal, con el bajista MIKE D’ANTONIO demoledor en sonido y puesta en escena, complementado de forma perfecta con la guitarra rítmica de JOEL STROETZEL, y dando espacio al show aparte de ADAM DUTKIEWICZ, quien con un atuendo particular y una energía inagotable (pese a que su forma de moverse y saltar me ponía algo incómodo a veces) ejecutó solos de guitarra de muy alta factura y precisión, haciendo un uso muy eficiente de licks clásicos del rock. Y también estableció un contacto fluido y agradable con el público que terminó por llenar la Blondie. Quiero destacar también la gran energía que proyectaba el hecho de que todos los músicos se movieran bastante y estuvieran siempre cantando sus propios temas.

El sonido estuvo bastante bueno, pese que a juicio personal, el bajo pudo haber gozado de +1dB para alcanzar un nivel exacto, y el sonido de guitarras fue alcanzando mejor timbre y sonido a medida que el show avanzaba (aunque sigo prefiriendo los amplificadores de guitarra a tubos que las emulaciones, aunque sean Kemper) Sin embargo, la voz y la batería tuvieron su lugar siempre inamovible en la mezcla. En resumen, un show EXCELENTE, honesto, potente e interactivo por parte de los oriundos de Massachusetts, con himnos como “My curse”, “In due time” y la excelente versión de “Holy diver” cantados a todo pulmón con actitud y un amor absolutamente real e infinito por parte de la muy desordenanda fanaticada nacional. Mucha gente siendo llevada por sobre el mar de fans, headbanging y canto hacia donde miraba…en fin, todos los elementos necesarios para calificar este show como un highlight de 2019 estuvieron presentes. El único pero posible sería la extensión reducida del show, con poco más de 1 hora y sin encore, lo que causó cierta incredulidad en el respetable, quien no creía que el show había llegado a su fin. Sin duda, todos los presentes nos retiramos con un muy buen sabor, y la sensación de haber vivido un excelente momento.

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Noticia publicada por el área editorial.

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