JON ANDERSON EN CHILE
24 DE OCTUBRE 2014 | TEATRO CAUPOLICÁN
Diez años han pasado desde que Jon Anderson abandonara YES, y trece desde su última producción discográfica junto a la legendaria banda de rock progresivo británico. Durante este tiempo el vocalista y compositor se ha embarcado en distintos proyectos, además de haber sufrido un grave problema de salud el 2008, que imposibilitó su regreso a YES. El 2011 nos visitó con su íntima faceta acústica y en solitario en un Teatro Oriente que lo recibió con los brazos abiertos.
Hace un par de meses se encontraba embarcado en una gira europea con su proyecto junto al destacado violinista francés Jean Luc-Ponty, y ayer viernes 24 de octubre regresó a nuestro país para presentarse en el céntrico Teatro Caupolicán, en el mismo formato con el que nos visitó hace tres años. Un show diseñado para verdaderos fanáticos de su carrera.
A las 21:00 no más de 1000 personas se encontraban en el interior del teatro, expectantes de la salida del histórico vocalista de Yes. Veinte minutos más tarde sin aumentar considerablemente la asistencia, se da por iniciado el encuentro, cuando por las cortinas de fondo aparece Jane Luttenberger, su esposa, quien toma asiento a un costado del escenario, y tras de ella la mítica figura del extraordinario vocalista.
Un reencuentro que comenzó a brillar apenas Anderson toma su guitarra de palo y pronuncia las primeras frases de “Sun is Calling…” que sirve como pequeña introducción para interpretar “Your is no Disgrace”,extraído de The Yes Album(1971) tercer disco de los británicos. Anderson necesita solo su voz y guitarra para llenar el ambiente de misticismo y espiritualidad. Su voz de altos rangos, por momentos se oye celestial. Él aporta además con total humildad y sencillez con remozadas versiones hechas desde el primitivismo de lo acústico. Vestido de jeans, polera, camisa blanca y zapatillas no depende de mayores adornos, más que unas pequeñas velas dispuestas en unas mesas, y el apoyo de la pantalla led de fondo, en la que con el correr del concierto se fueron proyectando videos repletos de simbología mística, imaginería hindú, mantras y puntos geográficos como Isla de Pascua, Macchu Picchu, Stonehenge, Teotihuacan, etc.
La velada se va desarrollando en un ambiente de concentrada atención y admiración del público hacia Anderson, quien se da el tiempo de conversar y bromear desde el centro del escenario.
Clásicos de Yes como “Time and a Word” (incluyendo homenaje a The Beatles con un pequeño extracto de She Loves You) , “Long Distance Runaround” y “Starship Trooper” fueron celebrados y coreados por los que llegaron al recinto.
Un pequeño homenaje a Bob Marley con “One Love” y a Paul Simon con “America” dio muestras de su diversidad musical. Comentó de manera anecdótica la reacción de Chris Squire cuando decidió en 1976 comenzar su carrera solista en paralelo a Yes, y explicando la mística relación de las pléyades y su música, apoyado por la carátula de Ollias of Sunhillow (álbum debut en solitario), entregada por un fans del público, nos conmueve con “Flight of the Moorglade” con el sonido de las cuerdas del dulcimer en mano.
Sublime también es su interpretación de “Ill Find My Way Home” que grabara junto al griego Vangelis en 1981, uno de los más reconocibles clásicos de la dupla.
Apelando a su constante mirada espiritual nos habla de la importancia de entregar amor a los demás antes de interpretar “Give Love Each Day”, incluido en Magnification (2001), último trabajo de Jon junto a Yes.
Su particular versión acústica de “Owner of a Lonely Heart” hizo vibrar al público, y una vez sentado al teclado nos maravilla con un medley de clásicos donde incluye entre otros, las grandiosas “Close to the Edge” y “Heart of the Sunrise”.
Paulatinamente comienza a acusar problemas con su voz, acude constantemente a hidratar su garganta, antes de continuar con clásicos como la esencial “And You and I” para continuar con “I’ve Seen All Good People”. Aquí se nota una de los momentos más críticos, ya que prácticamente Anderson no lograba sacar la voz , haciendo un enorme esfuerzo por cantar, él simplemente se tomaba con humor la situación, sonriendo junto al público que en complicidad con el músico, coreó con más fuerza el clásico tema de Yes, logrando uno de los momentos con más emoción de la noche, junto al canto del Cumpleaños Feliz de parte de los asistentes hacia su persona, en víspera de cumplir 70 años hoy 25 de Octubre. Claramente emocionado Jon agradece aduciendo que es un momento que nunca olvidará.
En una decisión acertada, para cuidar su salud, y bajo la comprensión de los presentes, interpreta la primordial “Roundabout” y termina con una emotiva interpretación de “Wonderous Stories”, acortando el set a solo una hora de show, que más allá de su debilitada salud, que puso en dificultades la voz y presentación del cantante británico, dejó en claro que el magnetismo que caracteriza a Jon sigue intacto. Mientras su esposa constantemente lo acompaña con las palmas en un rincón, mirándolo sonriente y con admiración. El púbico lo celebra con profunda devoción. Jon Anderson, es una de las voces más importantes de la rama clásica del rock progresivo, esos que cultivaron las complejas notas y largos pasajes instrumentales a comienzos de los setenta. El, cumpliendo 70 años aún mantiene la magia y su calidad vocal, lo de ayer fue solo producto de una mala pasada de su estado de salud, confío en que tiene cuerda para rato.
Fuimos testigos de un viaje por su historia, una historia que es imborrable. Podrán pasar por Yes un sinnúmero de imitadores, pero ninguno podrá igualar la sincronía espiritual que logra Jon Anderson con el público ( de eso fuimos testigos en la última visita de los británicos el 2013 con Jon Davison en la voz), sincronía que lo hace un hombre cercano y sencillo que vino a pasar su cumpleaños número 70 haciendo lo que mejor sabe, cantar con el alma.
Review: Freddy Véliz O.
Fotos: Pablo Fuente Selman
[gmedia id=134]