Nota: Dianne Salinas – Fotos: Sebastian Dominguez
Santiago, día jueves, un día más de trabajo para muchos. El clima esta un tanto distinto a las ultimas semanas, pero es solo un poco de frío, agradable para la jornada que se viene. La Alameda se encuentra oscurecida por chaquetas de cuero, y con ansias de que “Castration to the Priest” se haga presente con la primera fecha que promete ser avasalladora. El cartel anuncia que hoy es día de “Vomitory”, “Uada”, “Incantation” y los nacionales “Atomic Aggressor”. El horario de comienzo de la masacre es a las 19:30, pero los bangers ya están desde antes esperando la apertura del recinto, que nuevamente es el Club Blondie, y que se ha convertido en uno de los puntos de encuentro para los conciertos de metal
Poco antes del horario de inicio, mediante comunicado oficial, se informa que el evento acaba de sufrir cambios, pues las bandas estadounidenses Uada e Incantation han quedado retenidas en el aeropuerto de Lima, Perú. Esto provocó la pérdida del vuelo a Santiago y se les imposibilita el llegar a tiempo para el festival de Death Metal.
Muchos de los asistentes, varios que viajaron desde regiones, se encuentran afligidos y molestos ya que vienen solo por la primera jornada y para ver especialmente a estas bandas, pero se entiende ya que no es problema de la productora nacional. Finalmente, los horarios se cambian, 21:00 “Atomic Aggressor”, 22:00 “Vomitory”. Y ahora que los tiempos son distintos, los asistentes se tratan de reponer a la noticia y deciden esperar quedándose en los alrededores y calentando motores para lo que se viene igualmente.
Llega la hora de que por fin se abran las puertas del lugar y el público comienzan a llenar el espacio, el ambiente ya está listo hace rato y a las 21horas Atomic Aggressor da pie para el comienzo de este festival. Temas de su último EP lanzado hace unos meses, al puro estilo Atomic, prenden a la audiencia que aun esta un poco apaciguada y, porque no decirlo, con los efectos del alcohol de tamaña previa y extensa espera. Los nacionales quieren ver al público arder, y con cortes afilados, precisos de las cuerdas, y tras ellas, una excelsa batería, tocan temas de la gran trayectoria que llevan. Aparecen cortes desde los discos “Rise of the Ancient Ones” (2008), a temas de “Sights of Suffering” (2015). Son las 21:30 y el publico comienza a ovacionar la jugada de la banda, quienes no desilusionan a nadie y muestran, como siempre, que sus más de 3 décadas de trabajo se hacen respetar.
Lamentablemente hay que cumplir tiempos así que la formación se despide, pero porque no, dejando la atmosfera precisa para una concurrencia que necesitaba una dosis de buen Death metal.
La próxima banda es Vomitory, que, por primera vez en Chile, tiene muchos seguidores expectantes a esta presentación. Hay un poco de demora por los, naturalmente, arreglos de sonido y montajes de equipamiento, pero a las 22:30 los suecos están listos y comienza el plato fuerte de esta jornada. Los cuellos se mueven al ritmo de la potente batería y el primer tema de su disco Redemption suena con brutalidad. Unos pequeños ajustes al sonido, por un poco de acoplamiento, y ya están masacrando el lugar.
La potente, furiosa y encañonada batería tiene a un público enardecido que comienza el ‘mosh’, y como un garrotazo a nuestras sienes, las cuerdas suenan con potencia y agresividad a niveles masivos. La gente ya se encuentra al 100%, vitoreando y disfrutando cada tema que la banda, de death metal sueco, comienza a tocar.
Discos como Revelation Nausea y Carnage Euphoria, suenan convirtiendo a Blondie en una verdadera carnicería.
A las 23:30, hora cumplida, y la banda se despide drásticamente e incluso comienza a sonar música envasada mientras bajan del escenario. No entendemos como pasa esto tan rápido y cuando varios ya comienzan a dejar el lugar, vuelve la banda cargada nuevamente avasallando con temas como Raped In Their Own Blood y Chaos Fury, casi 10 minutos totalmente monstruosos que pusieron la guinda de la torta a una jornada estruendosa y en donde el respetable se quedó prendido.
Recalcando, algo que todos los seguidores de esta banda conocemos, Vomitory tiene un acelerador a full, y aun así no deja de sorprender la magnitud de bestialidad con la que puede llegar a envolver a un recinto y dejar satisfecha a una audiencia que de principio a fin cabeceo hasta el punto de romper cuellos.
Solo puedo decir que independiente de la espera, por temas fuera de las manos de la producción, esta valió completamente la pena, nos quedamos con lo bueno y prendido que dejó una primera jornada y que solo es el comienzo, ya que falta la segunda parte donde se unirán las bandas demoledoras que no pudieron estar presentes.
[gm album=1112 module=photobox]
