Nota: Freddy Véliz Fotos: Andie Borie
Anathema “Acoustic Resonance Tour” 29 de Enero 2019, Teatro Nescafé de las Artes
Hablar de Anathema en Chile, es referirse a una banda que ya es de la casa. Sus incontables visitas, en conjunto, o con Daniel Cavanagh en solitario como también acompañado de la holandesa Anneke Van Giersbergen, siempre provocan expectación dentro de la fanaticada. Lo de ayer en Teatro Nescafé de las Artes no fue la excepción, a pesar de no venir con banda completa, y en formato acústico, obligaron a la producción a realizar dos presentaciones en un solo día, para saciar a los seguidores que agotaron rápidamente las entradas del primer show anunciado.
“Acoustic Resonance Tour” es el nombre de la gira que los trajo de vuelta, en donde recorren parte de sus clásicos y celebran 20 años del lanzamiento de Alternative 4, reunidos con Duncan Patterson, bajista y tecladista original de Anathema y que tuvo su última participación en la banda en el celebrado álbum. Una instancia para generar cercanía e intimidad con la fabulosa obra del conjunto británico. En iRock estuvimos presentes en el primer show de la jornada, que se inició puntualmente a las 19:00 horas, cuando Daniel Cavanagh aparece en el escenario, y con algunos problemas técnicos logra iniciar la presentación con “Springfield”, perteneciente al más reciente álbum de la agrupación, titulado ‘The Optimist’, una partida un tanto accidentada que mejoró cuando Vincent entra en escena y juntos interpretan una hipnótica versión de las dos partes de “Untouchable” del álbum “Weather Systems”(2012), sacando los primeros aplausos honestos de la jornada.
La música de Anathema, está asociada a las atmósferas, y el clima reflexivo que genera hacia el oyente, y tener la posibilidad de verlos en su forma más básica, con los dos pilares fundamentales, es un privilegio, en especial para el fan más acérrimo, y esta instancia claramente está dirigida a ellos. No creo que alguien ajeno al círculo más cercano al conjunto, pueda valorar realmente un encuentro como el de ayer, ya que mantiene una accesibilidad compleja si no conoces la obra de los británicos. Con “Thin Air” el público acompañó en coros y realmente se sentía la emoción en el ambiente, doblegada inmensamente con “One Last Goodbye”, antes de que el ex bajista y tecladista Duncan Patterson, se uniera para completar el trío, y llevarnos en un introspectivo viaje por parte de ‘Alternative 4” con cortes como “Fragile Dreams”, “Shroud of False”, la bella “Lost Control” e “Inner Silence”, Daniel Cavanagh tiene sus mejores momentos en el teclado, debido a constantes problemas con su guitarra, que lamentablemente por algunos momentos interrumpía esos minutos de introspección al que nos invita la música. Luego de revisar parte de ese último álbum de Patterson en la banda, retrocedemos a 1996, y de “Eternity” un álbum imprescindible en la carrera de Anathema, se extraen clásicos colosales como las tres partes de la suite que da título al disco, más la emotiva “Angélica” y esa gran versión de “Hope” original de Roy Harper.
El público concentrado aplaudía de pie a estos tres músicos que, a pesar de tener una relación bastante maltratada entre ellos, son capaces de dejar diferencias de lado y unirse a través de la música, para deleitar a sus fanáticos, que se mantienen expectantes para el encore que se venía. Daniel Cavanagh, rememora a Freddie Mercury, primero tocando en el teclado las primeras notas de Bohemian Rhapsody, y luego emulando la histórica improvisación vocal de Wembley, sacando algunas risas y aplausos del público, que respondía cantando tal como lo hicieron miles de personas en el histórico recinto inglés en 1986. Vincent, ubicado en el centro nos anuncia que se vienen covers de The Beatles y Pink Floyd, y así parten primero con “Eleanor Rigby”, para luego continuar con una melancólica mirada a la incombustible “Comfortably Numb”, antes de despedirse, y abandonar el escenario, dejando un halo de esperanza en los asistentes, que incrédulos de que se llegaba al fin, se mantenían por un instante en sus butacas esperando a el regreso de los músicos, lo que finalmente no ocurrió, y debió primar la resignación de abandonar el teatro, que en sus afueras, lucía repleto de fanáticos, esperando el segundo show de la jornada, uno que prometía un set con algunos cambios respecto al primero.
Para la mayoría fue un encuentro que se hizo más corto de lo esperado, probablemente debido a que se ajustó al ser un programa doble. Muchos se dieron el gusto de asistir a las dos presentaciones, y eso delata el nivel de fanatismo que Anathema provoca en Chile, una banda que en su trayectoria ha sumado tantos amantes como detractores, pero que a la larga siguen cautivando y tocando la fibra más profunda del alma.
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