Nota: Freddy Véliz Fotos: Fernanda Schell
Este 14 de Agosto, en vísperas de celebrar el Día del Rock Chileno, Bar de René, el epicentro rockero de Santiago, recibió a dos bandas que se la juegan por los sonidos que van más allá de una canción formal y de corrientes de moda. La experimentación es la clave a desarrollar, por lo que nos encontramos con una velada donde nuestros sentidos serían atacados desde distintos frentes.
Los primeros en elevarnos hacia dimensiones sensoriales catárticas, fueron los experimentados Akineton Retard, sexteto que nos tiene acostumbrados a presentaciones envolventes y que nunca deja indiferente. Inician su actuación con “Come on Lenny” y de inmediato nos contagiamos y entramos en un trance, encaminados primero con el pulso del bajo a cargo de Jaime Concha y la batería de Cristian Bidart, para dar paso a la guitarra de Vicente García-Huidobro, seguida por la intensidad melódica del trío de saxos conformada por Leo Arias, Edén Carrasco y Rodrigo De-Petris.
La música inclasificable de Akinetón Retard, se ha ido haciendo un poco más asequible con el tiempo, y logra captar los oídos de un público diverso, sin perder la esencia creativa y experimental que han cosechado en más de 20 años de carrera. Lo que en sus inicios se tradujo en una densa amalgama instrumental, donde se rompía cualquier atisbo de canción convencional, ha ido evolucionando hacia otras fronteras musicales, fusionándose con ritmos latinos, loops electrónicos, afrobeat, etc., convirtiendo sus shows en una experiencia hipnótica y bailable. Eso quedó demostrado en Bar de René, con los asistentes rendidos al ritual ante piezas como “Jason Torelli”, “Afrobó”, las más recientes creaciones como “Plastifilm” y “Abisinia” y los clásicos “Primogenia Satiria” y “Copenhagen Storba” entre otras. Una letal inyección de sicodelia, experimentación y un controlado caos sónico del que no hay escape.
Luego del intermedio de rigor, entre conversaciones, cervezas y las piscolas asesinas de René, llega el turno de Larrea Trip, quienes arribaron desde Concepción para mostrarnos su álbum debut, titulado ‘Jazz Satánico’. Un trío fundado el 2015, que está conformado por Gonzalo Rojas en bajo; Jorge Arriagada en batería y el guitarrista y compositor Sebastián Larrea (Emociones Clandestinas, Kayros, Pancho Molina).
Decididos se imponen en el escenario para invitarnos a un viaje musical lisérgico, desde el primer segundo. Sonido crudo y lleno de texturas atrapantes. Sebastián rasguea su guitarra y con el delay transforma el ambiente en un ritual sicodélico que va en aumento mientras transcurre el concierto. Rojas por su parte otorga dinamismo y peso desde el bajo, por momentos se gana las miradas y por supuesto los aplausos de los comensales del bar, baja del escenario y se entremezcla en el público o desde el escenario recorre las cuerdas graves desafiante.
Tal como la propuesta de Akineton Retard, es imposible definir con alguna etiqueta la música de Larrea y compañía. “Baile y Conquista” es espacial, me recordó a los británicos Ozric Tentacles, por otro lado se embarcan en una danza tribal con “AfriConce” y rockea duro con “Acción Mutante”. Se respira libertad creativa, improvisación y un claro placer de la banda por lo que hace, y eso se transmite hacia el público que se deja abducir por este pensante desorden musical. Temas extendidos que parecen llevarnos por un interminable camino hacia galaxias lejanas o dimensiones inexplorada, tocando fibras y estimulándonos con cadencias y riffs distorsionados que los emparentan también con el noise.
Larrea Trip se origina en Concepción, histórica cuna de infinidad de bandas que buscan un espacio en la escena musical chilena. Su música está totalmente alejada del mainstream, lo que no es impedimento para que su nombre comience a hacer ruido y se gane un lugar importante dentro de esta ‘Otra Música’, que en Chile, al contrario de lo que muchos creen, tiene muchos adeptos a la espera de cautivarse y volar, como los que llenaron el clásico maldito bar capitalino.
[gm album=1108 module=photobox]