Por Diego Puebla
Los norteamericanos son una de las bandas más reconocidas a nivel mundial en clave rock, y su tercera visita en Chile con la formación reunida y la misma gira, nos llena de interrogantes y de certezas…
“Not in This Lifetime” es la gira que trae por tercera vez a Santiago a la “banda más peligrosa del mundo” en su versión de reunión. “No en esta vida” fue una frase de Axl Rose en el año 2011 durante una entrevista, cuando aseguraba que Guns no volvería a tocar con sus clásicos integrantes. El 2016 el vocalista se arrepintió y decidió limar asperezas con Slash, Duff McKagan y Dizzy Reed para girar por el mundo, en un tour que tendrá fecha de caducidad en junio del 2020, debido a los altos créditos económicos, logrando ser la segunda gira más rentable en la historia de la música.
Gracias a esta junta es que luego de lo vivido en el año 1992 y las olvidadas visitas de la “banda de Axl” en 2010 y 2011, pudimos observar en un repleto Estadio Nacional el 29 de octubre, un inolvidable espectáculo de 23 temas.
Prácticamente un año después, en el Festival Stgo Rock City, vuelve a repetir el setlist con algunos agregados en una presentación carente de buena calidad sonora. Momentos como los covers a Soundgarden, Pink Floyd y Nino Rota ayudaron a modificar el plato ya digerido por los asistentes el año anterior.
Para este 2020 la lista de canciones no cambia en estructura, pero la intermitencia en los ánimos de los músicos no entrega la seguridad de la permanencia de la banda de rock más reconocida a nivel mundial. Con “Not in This Lifetime” presente en un festival de las características de Lollapalooza, el sonido no será problema para un evento preocupado por los detalles más mínimos.
Sin saber si es la última vez que los veremos juntos, la nueva presentación de Guns N’ Roses en Chile tendrá al conjunto más cohesionado, descansado y con un respaldo detrás que los destaca con un promedio de asistencia de 70.000 personas en cada show presentado en todos los continentes, y en casi todos los países del orbe.
En un Santiago convulsionado, político y rabioso es necesario tener a un plato artístico de estas características y con rock que traspasa generaciones, gustos musicales y tipos de personas. 35 años de carrera y un presente auspicioso y prometedor, son algunas de las certezas que nos deja un show que sin lugar a dudas será imperdible, solo queda esperar el buen desarrollo y la tranquilidad cívica para que la sexta vez de la banda y su debut en Lollapalooza, sean inmejorables aunque el catálogo esté aprendido de memoria.
Solo queda esperar para darles nuevamente, una gran bienvenida a nuestra jungla…
