Eminem | Foto Jeremy Deputat – Lotus Producciones
Por Diego Puebla
El telón se cerró con hip-hop en un Parque O’Higgins que convocó a setenta mil personas.
Diez de la noche totalmente en punto y el sonido frenético de Jack Ü comenzaba a apagarse, para pasar de inmediato al plato de fondo de la mano de Marshall Mathers, mundialmente conocido como Eminem.
El público se aglutinaba en VTR Stage, mientras otros corrían para poder llegar a la hora, nadie se quería perder el debut del norteamericano en nuestro país. “Won’t back down” fue el primer remezón musical empleado, de entrada se marcaba un apoyo con banda incluída que poco a poco fue tomando participación durante el show, con solos de guitarra, un DJ de espectacular factura aparecían como parte de un espectáculo fundamental del rapero, que además intercalaba filosas frases con gran rapidez y mantuvo al público en constante movimiento generando una postal definitiva para el primer día de festival.
“Stan” sin la presencia de Dido pero con una corista de voz similar, “Without Me”, “The Real Slim Shady”y “My Name Is” de una sola pasada obtuvo el momento de más algidez emocional para una generación que creció con la paciencia de un MTV que tomaba forma en los primeros pasos del año 2000.
A la vez, dentro de este arsenal en la lista de canciones, los cortes como “Phenomenal” o “Love The Way You Lie” demostraban esta antítesis con menos instancias derivadas en el rap y mayor apoyo comercial en sus melodías, con nuevas formas de musicalidad que experimentó luego del 2010 y fue el recurso mayormente utilizado poniendo el pecho a una comercialización del genero que le ha funcionado perfecto.
Desde “Lose Yourself”, parte de la banda sonora de “8 Mile” a “Till I Collapse” fueron las variaciones dentro de un “setlist” que demuestra la manera de que un purista del género, puede cambiar a las peticiones de un mercado sonoro. Eminem dio un excelente servicio a la masividad…
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