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El nuevo virus: La Ola de Sexualización Femenina que Infecta los Medios y Redes Sociales

En esta nueva era pospandémica, —en pleno 2025—, los medios han revivido una fórmula que creímos extinta, usar el cuerpo femenino hipersexualizado como cebo visual. Pero esto no solo degrada a las mujeres… también insulta y subestima al público masculino.

La industria mediática tiene memoria corta, pero olfato agudo para lo que vende y un anhelo insaciable por ser viral constantemente a cualquier costo. Y en este nuevo paisaje pospandémico, donde el contenido se genera a velocidades absurdas y la competencia por la atención es brutal y casi deshumanizada, ha resucitado un viejo truco que pensábamos —ilusamente— casi extinto, la explotación sexual de la imagen femenina como anzuelo visual. Lo que se está fomentando con estas prácticas no es menor, ya que es la normalización de la cosificación como parte del paisaje digital. Al insistir en presentar a la mujer como un cuerpo antes que como una persona, se refuerza una narrativa en la que su valor está asociado a su apariencia y no a su voz, sus ideas o su arte. Esto tiene un impacto directo en la conducta del colectivo masculino en redes sociales, donde muchas veces se sienten autorizados —o incluso incentivados— a interactuar desde el deseo, la burla o la dominación simbólica, más que desde el respeto o la empatía, no es casualidad que en este tipo de contenidos nos encontremos con comentarios ofensivos u acosadores.

Sí, hemos retrocedido y hemos vuelto a ver lo que creíamos superado. Como si el 2018 no hubiera existido. Como si el #MeToo hubiese sido solo una moda pasajera. Como si la mujer no hubiera alzado la voz para exigir representación real. El cuerpo femenino —recortado, filtrado y estratégicamente encuadrado— volvió a ser el cebo infalible. Y lo más alarmante de esti es que muchos ni siquiera se dieron cuenta. Antes de la pandemia, algo se movía. Las marcas se esforzaban por representar cuerpos diversos, contenido intelectual, los medios se cuidaban —aunque fuera por presión social— de recurrir a recursos burdos, y el espectador empezaba a desarrollar criterio. Pero bastó una crisis global para que todo eso se desmoronara. En el vacío emocional y económico de la pospandemia, los medios, —tristemente también algunos de contenido musical, rock y metal especialmente—, regresaron a lo que conocen de memoria, sexualizar a la mujer para vender. Una fórmula vieja con ropa nueva, como lo que solíamos ver incluso en portadas de diario en décadas pasadas, en diarios como La Cuarta.


Los números no mienten (aunque incomoden), es necesario mirar las características cualitativas de este resurgimiento. Según el Observatorio de Género y Medios Globales (2023), el 63% de las imágenes de mujeres en contenidos digitales están fuertemente sexualizadas, incluso cuando el contenido no tiene relación alguna con el cuerpo. Y según un estudio de Stanford publicado en Digital Cultures Journal (2024), los videos con thumbnails de mujeres en poses insinuantes aumentan hasta en un 25% su tasa de clics, sin importar su contenido real. En redes sociales, medios tradicionales, plataformas de streaming y hasta portales de noticias “serias”, el fenómeno se repite como un loop. La mujer vuelve a ser portada por su físico y no por su discurso. Pero esta vez, hay más ojos abiertos.

A continuación viene el ángulo que muchos omiten, pues esta lógica no solo degrada a las mujeres. También insulta al público masculino.

Porque, ¿de verdad los medios siguen creyendo que los hombres son poco más que cavernicolas babeantes que hacen clic cada vez que ven un escote? ¿Todavía piensan que el varón promedio necesita ver un cuerpo para interesarse por un contenido? Esa caricatura grotesca no solo es obsoleta, es ofensiva. Y las nuevas generaciones lo saben y algunos de las anteriores también. Cada vez más hombres, críticos, conscientes, rechazan ese tipo de representación, no solo por respeto hacia las mujeres, sino por respeto hacia sí mismos. Porque también ellos están cansados de ser tratados como consumidores estúpidos, incapaces de conectar con algo que no venga sexualizado. Esa imagen también los reduce, los infantiliza, los convierte en un cliché barato.

Aclaremos un punto que pareciera no estar contemplado, sobre la constante dicotomía y paradoja. ¿Es esto empoderamiento o marketing encubierto?

Hoy la hipersexualización viene disfrazada de empoderamiento. Se maquilla con discursos de libertad y autonomía, cuando en realidad muchas veces sigue respondiendo a la misma lógica; likes, clics, viral. La diferencia es que ahora la envoltura es más seductora, y la crítica menos directa. Pero no, no es lo mismo mostrarse por decisión propia que ser usada por un algoritmo para retener usuarios. No es lo mismo hablar desde el cuerpo que ser reducido a él. La hipersexualización de la imagen femenina en los medios de comunicación ha experimentado un aumento preocupante en los últimos años, especialmente en el contexto pospandémico. A continuación, se presentan datos que ilustran esta tendencia:​

  • Incremento de la misoginia en línea: Informes recientes indican un aumento del discurso de odio contra las mujeres en diversas plataformas de redes sociales desde el inicio de la pandemia de COVID-19. ​Data2X –
  • Hipersexualización en la pantalla: Un estudio de 2019 reveló que el 37.3% de las mujeres de entre 13 y 20 años en las películas más taquilleras de 2018 fueron mostradas con vestimenta “sexy”, en comparación con el 25.2% de las mujeres de entre 40 y 64 años. ​Statista
  • Impacto en la salud mental de adolescentes: La sexualización de mujeres en las redes sociales es un factor que puede influir negativamente en la salud mental de las adolescentes. ​

¿Qué hacemos ahora?

No solo desde la prensa independiente se hace frente a estas prácticas. También hay mujeres que, desde la música, alzan la voz con fuerza y sin filtros. Un ejemplo potente es “Whore”, de In This Moment, donde la vocalista Maria Brink convierte una palabra históricamente usada para denigrar, en un grito de empoderamiento y denuncia. La canción no solo confronta la cosificación y los estigmas impuestos sobre el cuerpo femenino, sino que además desafía a la industria que se alimenta de ellos, reclamando autonomía sobre la propia imagen y narrativa.


Tal vez el primer paso es dejar de normalizarlo y dejarlo “fluir”. Levantar la ceja cuando el cuerpo femenino aparece innecesariamente sexualizado, no tomarlo a la ligera pues todo comenzó muy inocente y hoy vemos un desborde de esta práctica. Exigirle a los medios más respeto, más creatividad, más inteligencia. Porque el público —masculino y femenino— no es idiota. Está cansado de los mismos trucos, de las mismas portadas, de la misma fórmula gastada. En pleno 2025, es hora de entender que no necesitamos hipersexualizar a nadie para hablar de sexo, deseo o intimidad. Los temas de índole sexual son profundamente humanos y merecen ser tratados con madurez, apertura y responsabilidad, sin convertir los cuerpos en mercancía visual para llamar la atención. El interés por estas conversaciones existe, y está más vivo que nunca. Pero se gana con honestidad, con contenido real, no con viejas fórmulas maquilladas. Podemos hablar de todo, sin caer en lo mismo de siempre. Este brote pospandémico de sexualización no es solo una ofensa a las mujeres. Es una falta de respeto a todos. Porque, al final del día, ¿quién quiere vivir en un mundo donde la única forma de captar tu atención es usar un cuerpo como cebo? 

En iRock junto a We Make Noise Santiago, creemos en el poder del contenido como motor de atracción. Apostamos por la inteligencia, la crítica, la creatividad y la sensibilidad cultural como herramientas para conectar con nuestra comunidad. Sabemos que lo viral no necesita ser vulgar, ni que la atención deba ganarse a costa de prácticas que ya deberían estar archivadas. Nuestro compromiso es con una audiencia que piensa, que cuestiona y que también quiere entretenerse sin sentir que la están subestimando. No se trata de ponernos en un pedestal, sino de caminar con respeto junto a quienes hacen posible este medio: ustedes.

Written By

Editora y Creadora de Contenido en iRock. Leal servidora del Rock, el Metal y los sonidos mundanos. Conductora en "La Previa" y Co-conductora en "Rock X-Files". | Mail: litta@irock.cl

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