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Conciertos

El Espacio Riesco fue un teatro de los sueños

A dos años de su tercera visita, Dream Theater volvió a Chile, luego de algunos contratiempos que mantuvieron a sus fans con la incertidumbre de qué es lo que pasaría con la banda luego de la salida de Mike Portnoy, y que con la publicación de “A Dramatic Turns of Events” dejaron en claro que materia prima tienen para rato, y que Mike Mangini era el candidato perfecto, pero faltaba la prueba de fuego, y era comprobar esto en vivo y en directo.

Llegó el día esperado, y la lluvia se dejó caer en Santiago, haciendo más dificultosa la llegada al cuestionado recinto donde se realizaría el concierto, pero ninguna tormenta impediría que la fanaticada llegara a empaparse del virtuosismo de estos monstruos del metal progresivo.

El reloj marcó las 20:00 hrs. exactas, para que sonara la intro extraída de la banda sonora (obra del director Hans Zimmer ) del film El Origen, para que la ovación se hiciera escuchar en Espacio Riesco, y la partida con “Bridges in the Sky” de su último álbum nos advertía que el teatro de los sueños estaba de vuelta y con pilas recargadas, una cuidada puesta en escena con tres cubos blancos en el fondo que servían para proyectar imágenes y una bien lucida iluminación, mas el impresionante set de batería de Mangini eran la distracción para olvidar cuan mojados estaban mis pies luego de caminar esquivando pozas en El Salto. A continuación Mangini introduce el clásico “6:00” del siempre alabado tercer álbum “Awake” de 1994, un clásico indiscutido de los norteamericanos. Hasta aquí el sonido, si bien estaba sobre la media del nivel de aceptación, se hacía sentir lo inadecuado de este establecimiento para conciertos del nivel de bandas como esta. Lamentablemente los recintos cerrados mejor acondicionados no se encontraban disponibles por estas fechas y tenía que ser aquí sí o sí.

Después de “6:00” le tocó el turno a “The Dark Eternal Night” del “Systematic Chaos” el público saltaba, coreaba y observaba hipnótico el ir y venir de muestras de talento, virtuosismo y fiato de la banda que ahora centra el protagonismo en Petrucci seguido de cerca por Ruddes, se huele en la atmósfera que se sienten cómodos y que la salida de Portnoy no fue tan grave como muchos suponían en su momento, e incluso creo, fué para mejor.
El set siguió con otro tema de ADTOE, “This is the Life”, recibida como si de un clásico se tratara, lo que demuestra la gran aceptación que tiene la última placa de la banda. “The Root of a Evil” y “Lost not Forgotten” precedieron a la presentación formal del nuevo integrante, Mike Mangini (ex Extreme, Annihilator, Steve Vai) nos deleitó con su destreza en un solo que pone de manifiesto porqué fue el elegido, se ve a gusto, es más, en mi opinión, Dream Theater es la banda perfecta para él, porque debe plantearse el desafío de estar en constante explotación de recursos en cada una de sus obras, y digámoslo, recursos tiene de sobra.

Una vez que los demás músicos vuelven a escena, retrocedemos a 1989, y suenan los acordes de “A Fortune in Lies” del debut discográfico de DT “When Dream and Day Unite”, del que recordemos Labrie no es la voz original.

A continuación James recibe y se coloca un gorro desde el público, entre bromas nos invita a un set acústico, y junto a Petrucci nos conmueven con “A Silent Man”, tercera parte de esa gran suite titulada “A Mind Reside Itself” de “Awake” y rematan con “Beneath the Surf” tema final de ADTOE. A estas alturas, el público presente caía rendido ante la maestría de estos músicos que tantos admiradores tienen alrededor del planeta. Antes Portnoy se robaba la película, no solo por su innegable talento, sino que además era el que se paraba en la batería y alentaba y dirigía al público y a sus compañeros, ahora el no está, y Petrucci toma la posta, pero la comparte con los demás, y Ruddes se luce como los dioses, además que el hombre tiene carisma, Myung siempre mantiene la compostura y desde el bajo aporta con sus notas imposibles, Labrie no es de mis vocalistas favoritos, y aunque quizás muchos no estén de acuerdo conmigo, creo que a pesar del buen desempeño mostrado, a mí por lo menos nunca me convence del todo.

Luego de este descanso acústico arremeten con “Outcry” otro corte potente de su última placa para luego dar paso a Jordan Ruddes y su demostración en solitario de lo que sabe hacer en las teclas, dejando a muchos con la boca abierta, la que no alcanzamos a cerrar porque pasábamos a uno de esos clásicos notables que fue coreado al unísono por la concurrencia, “Surrounded”, del siempre aclamado álbum de 1992 “Images and Words”, el climax llegaba a uno de sus puntos más altos, luego pasamos a otra pieza del último disco, “On The Backs of Angels”, muy buen tema que abre el tan bien recibido álbum, de ahí nos saltamos al “Six Degrees of Inner Turbulence” del que “War inside my Head” y “The Test That Stumped Them All” son los elegidos. Una constelación de notas a mil por hora inundaban el centro de eventos de Huechuraba, Ruddes y Petrucci daban rienda suelta a los diálogos con sus respectivos instrumentos, se ven como dos grandes amigos disfrutando un juguete nuevo…

Ya cuando creíamos que esto iba terminando Petrucci nos conmueve con un sentido y fenomenal solo como aperitivo para arremeter con uno de los temas más emotivos de la discografía de Dream Theater, esos que ejemplifican que a pesar del tecnicismo extremo, muchas veces criticado, los comandados por Petrucci si saben llegar al corazón, “The Spirit Carries On” es de esos caballitos de batalla que nunca fallan, y aseguran un momento culminante en los conciertos de los oriundos de New York.

Ya el corazón latía fuerte producto de la adrenalina inyectada por estos 5 monstruos y nuevamente enfatizan en “A Dramatic Turns of Events” cuando llegabamos a las 2 horas y media de concierto y suena “Breaking All Illusions” algunos de los presentes comienzan a dejar el recinto, quizás pensando que con esto se terminaba, pero luego de una rápida salida, la banda vuelve a escena y lo hacen con todo, puesto que nos acribillan con uno de sus mas elogiados clásicos, “Metrópolis Part1: The Miracle and the Sleeper”, un tema que durante gran parte del concierto fue solicitado a viva voz por algunos asistentes, un broche de oro para una noche intensa musicalmente hablando, que ni la lluvia, ni el barro impidió que fuese mágica.

Confieso que DREAM THEATER llegó por algún tiempo a cansarme en sus últimos discos con Portnoy, sentía que ya no tenían mucho que entregar y se estaban ahogando en su obsesión por el malabarismo instrumental, en su nueva placa, ahora sin Portnoy, los siento mucho más frescos, más concentrados en aunar las canciones en estructuras más cercanas, sin perder la característica esencial de la banda que son los largos puentes instrumentales y la destreza técnica, y como ya se ha dicho en distintas publicaciones, volver de algún modo a la raíz de su obra. Mangini cumple con creces su función en la banda, y demostró en vivo complementarse perfectamente con sus nuevos compañeros. Esperemos que perdure esta conexión a través del tiempo y sigamos teniendo más y mejores obras de esta banda que tímidamente comenzó a fines de los 80s a gestar una idea que los ha convertido en una de las agrupaciones más poderosas de los últimos años.

Por: Freddy Véliz Olea

Fotos: Mario Téllez ( Tu Medio)

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Noticia publicada por el área editorial.

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