Nota: Freddy Véliz
Para una banda cumplir 55 años de trayectoria, es un hito que pocos logran, y si además comprende una historia ininterrumpida y en constante creación, se hace aún más plausible, y Congreso, la emblemática agrupación chilena lo ha hecho realidad.
Por eso se lanzaron en la tarea de celebrarlo con una gran gira, que tuvo su mayor festejo este 23 de agosto en el Teatro Caupolicán, frente a su público fiel que cruza generaciones.
Fueron más de tres horas en que el conjunto conformado por Pancho Sazo en voz, Sergio “Tilo” González en batería, Hugo Pirovich en flautas, coros y percusiones, Jaime Atenas en saxo, Raul Aliaga en percusión, Sebastián Almarza teclados y Federico Faure en bajo desenfundaron un catálogo variopinto de su extensa discografía, junto a varias sorpresas que marcaron una noche mágica y festiva.
Como introducción los primeros en ingresar al escenario, fueron los integrantes del Orfeón Municipal de Santiago, quienes dirigidos por Luis Carrasco, interpretaron cuatro piezas clásicas de los Quilpueínos.
Melodías reconocibles de canciones como “Quenita-violin”, “Tus Ojitos”, “Volantín de Pluma” e “Hijo del Sol Luminoso” fueron parte de una entrada íntima y de atenta concentración por parte del público que aplaudió la propuesta, mientras Congreso al completo hacen su ingreso por el lado derecho del escenario, con Pancho Sazo apoyado en muletas en claro proceso de rehabilitación por una cirugía de cadera reciente. Ovacionados por los miles de seguidores que coparon el recinto comienza un encuentro lleno de emociones y destreza instrumental , iniciado con la pulcra interpretación de “Viaje al corazón” seguida con un clásico imprescindible como “En Horario Estelar” que genera los primeros cánticos generalizados de la audiencia con la fusión clásica de El derecho de vivir en paz.
Una fiesta de cumpleaños que celebra los clásicos pero que muestra a una banda vigente, que no vive solo de recuerdos y se empeña en seguir ofreciendo obras incólumes y canciones entrelazadas de sus distintas etapas, y como todo cumpleaños se festeja con invitados, la noche no estuvo exenta de aquello, y pudimos ser testigos de un desfile de importantes nombres artísticos, representantes de distintas generaciones y que mantienen un vínculo musical con el septeto anfitrión. Las primeras en sumarse al show, fue el novel Dúo Pajarito, formado por las cantantes Fiona Murillo y Amaia de Arteagabeitía, quienes nos ofrecieron una fresca interpretación de “El Rey Midas” (La canción que te debía-2017), una fiesta que fue rodando perfecta en cuanto a puesta en escena y sonido.
Destaco las visuales que se proyectaron durante todo el concierto por la imponente pantalla, un portillo de barco en 3D servía de ventana a un continuo paso de cielos, nubes, océanos, etc. Para después dar paso a proyectarnos detalles de lo que ocurría en el escenario, o llevarnos a recordar los viejos años de la banda, e integrantes que ya no están en este plano como Jaime Vivanco, Patricio Gonzalez o Claudio “Pájaro” Araya. Imágenes que conmueven y que complementan la música excelsa que generan estos genios artistas chilenos, virtuosos que logran con su música tocar fibras desde la poesía y melodías que cruzan distintos estilos que nacen en diversos rincones latinoamericanos.
Los invitados que se fueron sumando estuvieron a la altura de las circunstancias, Manuel García impuso su talento y experiencia con la bella “El Patio de Simón”, se hizo dueño de la canción con una perfecta interpretación, ovacionada por el público, que explotó más adelante con la sorpresiva entrada de Claudio Parra (Los Jaivas), quien se sienta al piano para ofrecernos junto a sus coterráneos una fenomenal versión de “La Conquistada”, simbolizando la hermandad que existe entre dos de las agrupaciones más importantes de nuestra historia, sin duda uno de los momentos mas emotivos de la jornada.
Joe Vasconcelos se suma más tarde para dar rienda a su legado en la banda que integró a comienzos de la década de los 80s, con himnos tan intensos como simbólicos de Congreso. “Hijo del Sol Luminoso” e “Hijo del Diluvio” sonaron con un nivel y categoría insuperables, Joe de blanco entero brilló en el escenario como el gran artista que es, y se llevó los aplausos y admiración de la gente que no claudicaba ante el espectáculo que se presenciaba en el coliseo de San Diego. El turno de la última invitada recayó en la influyente Arlette Jequier, ex vocalista de los vanguardistas Fulano, banda hermana de Congreso, que compartió integrantes y una admiración mutua. Arlette contribuyó con su característica y virtuosa vocalización para “El Mundo al Revés”, invitándonos a una suerte de jam con los teclados de Sebastián Almarza.
Casi treinta canciones que fueron contándonos parte de la historia musical de Congreso, quienes concentraron el set en sus más recientes obras, con un perfecto engranaje a su repertorio clásico. ¿Faltaron canciones? Obviamente faltaron y muchas se extrañaron, pero el extenso catálogo del conjunto sería extender el show hasta la amanecida. La banda supo construir un concierto fluido, sin vacíos ni momentos incómodos. Pancho Sazo, como es su característica, arma diálogos con el público, con un fino sentido del humor y cercanía para narrarnos la historia de las canciones, y los momentos en que fueron creadas, sea con referencias socio-políticas o personales, convocándonos a entender los procesos que han vivido en estos largos años.
El espectáculo intencionalmente se extendió hasta pasada la medianoche, para dar paso a la celebración oficial de los 55 años, que se cumplían exactamente este 24 de agosto. Por la pantalla La Sonora de Tommy Rey envió un saludo de cumpleaños, cantando un extracto de “Un Año Mas”, mientras los integrantes de Congreso, junto a sus invitados recibían una torta con velas que fueron apagadas por los siete miembros, y terminan la fiesta con el himno “En Todas las Esquinas” junto a todos los invitados formando un carnaval de música y emociones, cerrando un capítulo en esta larga historia, que como ellos están firmemente convencidos, continuará hasta que la vida diga otra cosa.
