Nota: Freddy Véliz
La cantautora canadiense Alanis Morissette, regresó a nuestro país luego de 26 años de su última actuación por este lado del mundo, y lo hizo de forma sorprendente. La artista cerró el escenario Banco de Chile este sábado 22 de marzo cautivando a miles de seguidores que se apostaron para disfrutar de una tormenta de hits que marcaron a toda una generación en los 90s.
Con “Hand in my Pocket” la figura de la cantante hace presencia, y desde que emite los primeros versos el ambiente se torna especial, su voz se mantiene intacta y con una potencia que sobrecoge. Una referente del rock alternativo de una década fructífera para la música internacional, donde nacieron una infinidad de artistas, que por distintos carriles, fueron construyendo un sonido único, en una escena donde Alanis fue protagonista, tal como también lo fue en la jornada de ayer, donde gran parte de los asistentes pagaron su entrada por ella, y no defraudó, al contrario, conmocionó y sorprendió por el nivel interpretativo, y ese cúmulo de canciones que una tras otra fueron apareciendo creando una atmósfera llena de emociones, entregándonos una verdadera cátedra de clásicos que han trascendido el tiempo. “Right through you” cala hondo y “Reason I Drink”, de su álbum ‘Such Pretty Forks in the Road’ lanzado el 2020, nos demuestra la vigencia que mantiene en su trayecto a estas alturas del siglo XXI.
Alanis Morissette tenía 21 años cuando lanza “Jagged Little Pill”, su tercer álbum, y el que la catapultó a la fama internacional, rompiendo records y transformándola en uno de los nombres principales de la industria musical, su trayectoria se ha mantenido firme, y a pesar de enfrentar momentos difíciles, en los últimos años se revitalizó y ha vuelto a la carretera, con la madurez que te da la experiencia, y una impronta que la encumbra como una artista esencial, y de de ese álbum que le abrió las puertas del mundo, y que cumple 30 años este 2025, es desde donde extrae la mayor parte de su repertorio para un concierto con sabor a celebración.
“Head over Feet”, “You Learn”, “Ironic” o “You Oughta Know” son clásicos que se corean desde el alma en una catarsis insondable por parte del público, canciones que se inyectan por cada uno de los poros para sentir que la piel se eriza de forma inevitable. Me atrevo a decir que lo vivido con la canadiense, está dentro de los mejores conciertos que han pasado por el Festival en lo que va de su historia en Chile, y para ser más exactos, su encore, probablemente es el más emocionante que se ha experimentado. “Uninvited” y “Thank U” hicieron correr más de alguna lágrima en los rostros de un público extasiado frente a la increíble presencia de Alanis Morissette y su banda que sonó poderosa, esperemos que no pasen tantos otros años para tenerla de vuelta en nuestro país, sin dudas una experiencia para repetirse una y otra vez.
