Por: @jeff.qlo
Ya han pasado alrededor de 6 años desde que la banda polaca de black metal Batushka pisó suelo chileno, acompañado con un sonido muy ad hoc a lo que representan con un sonido inmersivo e infame. El nombre de la banda significa “padre” o “sacerdote”, y es justamente eso lo que pretenden representar en vivo, una verdadera liturgia de black metal.
Desde sus inicios los han tachado como los ortodoxos satánicos, pero lo que de verdad quieren transmitir es toda la suciedad del cristianismo más radical a lo largo de los años que llevamos como humanidad. Eso les ha condicionado a ser muchas veces cancelados en Rusia y en países aledaños, pues el concepto que tienen líricamente y su puesta en escena son únicos y nos sumergen completamente en una ceremonia oscura en la cual tu alma les pertenecerá a ellos en aquel momento, y tu cuerpo tiene que aguantar tal golpe sónico. Una vez finalizada la ceremonia ya no se volverá a ser el mismo y tu alma estará despierta del sueño en el que estuviste inducido.
Probablemente sus discusiones internas habrán afectado la música que ellos querían transmitir en algún momento, pero lo que estaremos por presenciar el jueves va a ser algo sin contemplación. Los problemas internos hay que dejarlos por separado y la música que estos entes con uniformes negros nos entregarán va a ser de un acontecimiento sin precedentes, lleno de blasfemia y oscuridad hacia los primeros cristianos que se instauraron en muchos países, tocando todos sus grandes clásicos desde el Litourgiya hasta su último álbum titulado MARIA.
La banda ha logrado crear un espacio donde la música se convierte en un ritual, y el escenario, en un altar oscuro. Sus presentaciones en vivo, más que simples conciertos, son ceremonias que invitan al público a participar en una liturgia sombría, donde cada nota y cada palabra resuena con un sentido de rebelión y reverencia hacia lo desconocido.
Batushka no es una banda ordinaria de metal: es una experiencia ritualistica que fusiona lo sagrado con lo profano, desafiando las normas de la religión y la música por igual. Con su estética oscura y su sonido inmersivo, Batushka continúa desafiando los límites del black metal y la percepción del ritual en la música, solamente hay que cerrar los ojos e imaginar una voz profana en el vacío, recordándonos que en el corazón del hombre siempre habrá un lugar para el misterio y la oscuridad.
La misa negra queda agendada para este jueves 15 de agosto en la Sala Metrónomo, y la venta de entradas continúa disponible a través de passline.
Produce Spider prod / xpansion prod.