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Chile

[Live Review] Profano + Hielo Negro : Potente lanzamiento ante una baja convocatoria

El show se realizó el pasado 12 de noviembre en el Teatro Caupolicán.

Nota: Freddy Veliz | Fotos: Cristian Carrasco

Estos últimos meses, con la vuelta de los shows en vivo luego de un año y medio sin conciertos presenciales, uno de los puntos positivos que se han generado en Santiago, es la apertura del emblemático Teatro Caupolicán, para artistas que probablemente antes, no pensaban en la posibilidad de llegar a pararse con presentaciones propias en uno de los escenarios más importantes del espectáculo en nuestro país. Con la nula visita de artistas extranjeros por los motivos sanitarios que ya conocemos, los teatros que antes de la pandemia los recibían semanalmente, han debido optar por abrir sus puertas exclusivamente a lo nacional, algo que a simple vista es positivo, pero que también se puede convertir en un arma de doble filo. 

Más allá de la calidad innegable que puedan tener las bandas, debemos tener claro que son muy pocas las que se posicionan en un lugar privilegiado en cuanto a popularidad. Eso pasa en Chile y en cualquier otra parte del mundo. No todos llenan estadios, no todos son populares ni llenan teatros para 5.000, 10.000 o 50.000 personas. Los artistas de nicho lo deben tener claro, por lo que su estrategia debe siempre apuntar a su realidad, y creo que ahí hay un punto que deben manejar de forma inteligente. El entusiasmo por tocar en un escenario importante, aprovechando la oportunidad, es una apuesta arriesgada, quizás si logras entusiasmar a todos tus seguidores con una amplia difusión y creando expectativas, logres convocar un buen puñado de público y justificar la elección del recinto, pero bien sabemos, que incluso para llenar un bar con 100 personas, es complejo para las bandas de rock chileno que se mueven en un circuito más pequeño.

Este viernes 12 de noviembre, fuimos testigos de lo que apunto en el párrafo anterior. Profano lanzó en vivo su último álbum de estudio, titulado “La Soledad de los Mundos”, invitando para la apertura a los reconocidos Hielo Negro. Las dos bandas tienen una amplia trayectoria, con un público cautivo que los sigue en cada uno de los escenarios donde se presentan, y eso podría haber augurado que asociándose, la convocatoria habría sido amplia, dentro de los parámetros que se manejan actualmente por motivo de aforos reducidos, pero lamentablemente no funcionó de esa forma, y el público que llegó al histórico recinto, promedió aproximadamente las cincuenta personas, algo aceptable para una sala Scd o algún bar de barrio Italia, pero que no ayuda mucho en un lugar como el Caupolicán. 

El encuentro lo iniciaron los magallánicos de Hielo Negro, quienes tienen el apoyo incondicional de su público, que corean el repertorio desde el inicio. Con un sonido por momentos apabullante donde la guitarra de Marcelo Palma nos acompaña con certeros riffs, marca registrada de su propuesta ligada al stoner, en complicidad con sus compañeros de banda, nos van envolviendo en una rúbrica sonora hipnótica, familiarizada con la psicodelia y el rock duro clásico. El trío con casi 25 años de historia, demuestra su dominio en el escenario, contando con un miembro como Rodrigo Barahona en la batería, que ingresó a la banda el año pasado, y cuyo aporte se hace valer con el peso que otorga a la rítmica, afiatamiento que se vislumbró a la altura de lo exigido para un conjunto como ellos, sin contar además que este año han podido ir retomando los shows en vivo, desde su recordado concierto junto a The Hellacopters el 2019.

Nos ofrecieron un recorrido por su obra, y cortes como “Kaos Ahora”, “Salamandra” o “Muere Joven” dieron paso también a una sorpresa, como fue el adelanto “Un Día a la Vez” del prometido próximo disco de estudio. Los patagónicos brindaron un set impecable, cuya entrega con el público no se condiciona a la cantidad de personas hacia las que se están presentando, hay años de circo detrás, y eso, los autores de una infaltable como “El Lobo Estepario”, a estas alturas un clásico absoluto del rock chileno, lo manejan con el carácter consecuente que debe tener cualquier artista frente a sus seguidores. 

Luego llegó el turno de los anfitriones, Profano es una banda que está apunto de cumplir dos décadas de existencia,  sabiendo de dulce y agraz como cualquier artista del rock en este país donde cuesta tanto desarrollar una carrera ligada a la cultura musical (y a otras también), el power trio de hard rock nos preparó un menú de canciones donde predominó obviamente el motivo principal de este encuentro, el lanzamiento de su quinta entrega discográfica.  Por lo tanto canciones como “El Odio es mi Condena” y “Respira las Balas” nos dan el primer bofetón de rock and roll directo y al grano, aunque no malentendamos el concepto, ya que el conjunto conformado por Pablo Vial en voz y guitarra; Darío Fabro en bajo y Víctor Machuca en batería, amplía sus horizontes sonoros hacia momentos de catarsis metalera o deja entrever su apego a las raíces. Al igual que Hielo Negro, la banda no se amilana ante el escaso público que se reparte entre las sillas dispuestas en el teatro, y la entrega es intensa por parte de los músicos. El set fue intercalando el total de las canciones de “La Soledad de los Mundos” con cortes como “No Corras”, “Quimera” o “Incomunicados” de sus anteriores trabajos. 

Una de las sorpresas de la jornada fue la invitación al escenario de Matias Undurraga, vocalista de Horeja, para una descollante interpretación de “Despiértate Nena”, original de la emblemática y recordada banda argentina Pescado Rabioso. 

Un show potente, con un público que se olvidó de las sillas, y cabeceó sin tapujos cada una de las canciones que se iban presentando, con pocos espacios para pausas y un sonido que fluctuó irregularmente, debido a la reverberancia que provoca el amplio espacio del teatro, y que por momentos no dejaba distinguir de buena forma lo que se generaba desde el escenario. El trío dejó el final reservado para “Culebra” de su último disco, una pieza magistral que fusiona en todos sus tintes la propuesta de Profano, terminando la jornada haciendo un guiño a la intro de “Am I Evil”, el clásico de Diamond Head que versionara Metallica por allá en los ochenta.

Un encuentro que si bien deja brotar las dudas sobre las convocatorias en el Teatro Caupolicán, nos dio la oportunidad de reencontrarnos con dos bandas que se la han jugado incansablemente por mantener activo el rock chileno, demostrando complicidad entre ellas para generar este encuentro que tan bien nos hace en medio de lo que estamos viviendo a nivel mundial, y que ha golpeado fuerte a la cultura en nuestro país. 

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Noticia publicada por el área editorial.

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