Por Freddy Véliz
Hace un par de semanas Dissors celebraba el primer aniversario de su álbum debut, con una potente presentación en estudios Transmission, una velada donde pudimos sentir en carne propia la madurez de este tremendo debut discográfico.
La agrupación formada actualmente por Manuel Castillo en Voz, Nibaldo Jaure y Cristóbal Jofré en Guitarra y voces, Orlando Olivera en Batería y Esteban Villanova en Bajo (en reemplazo de Javier Contreras bajista que participó en la grabación de este debut), tienen bastante claros sus objetivos, los que se centran en lograr en base a un trabajo serio y profesional, posicionarse dentro del metal con altos estándares de calidad. Por lo que eligieron grabar este disco en los estudios Midcity Sound de Los Angeles, California, bajo la producción del ex Soulfly Mikey Doling.
El resultado fue bastante satisfactorio, en cuanto a la calidad del sonido y la propuesta musical, llena de matices en las guitarras, con riffs que bañan el ambiente de ritmos arrolladores, siempre buscando las variaciones necesarias para que el viaje entre tema y tema sea lo más dinámico posible.
“Deny” es una buena muestra de eso desde el principio, un tema que se mueve entre la agresividad del metal extremo a pasajes que me recuerdan el Faith No More más funk, un comienzo decidor de lo que nos depara el disco, donde podemos destacar el primer single “Last One” el que además ha sido promocionado con un videoclip d muy buena factura.
Mientras avanza el disco nos envolvemos en una capa de riffs llenos de groove, generando estructuras que están en constante movimiento. El solo de guitarra en “Life” es digno de aplausos. “Tonight” da paso a “Latino” el primer corte en español del álbum.
Con “You Can’t Take Me” y la monumental “Human” la tentación de un buen headbanging y su posterior mosh, está a la orden, al igual que con “Dissors”, octava pista de este homónimo disco, donde el acelerador es aplicado a fondo en el inicio, pero paulatinamente va bajando las revoluciones, entremezclándose con cambios constantes en la rítmica, resultando una pieza bastante original en su contexto general.
“The Wicked Tribe” continúa en la misma tónica de guitarras en continuo movimiento, siempre apostando por texturas sonoras en perfecta sincronía, incluyendo además una sección en español. Uno de mis favoritos, y para terminar dejándonos en el suelo “Cuanto Más” con velocidad arrolladora nos invita al punto final de uno de los discos más sobresalientes del 2012 en la escena metalera nacional, y sin caer en falsas modestias, puede fácilmente competir con publicaciones de la primera línea internacional.
Dissors es de esas bandas que tienen claros objetivos de profesionalizar al máximo su carrera, siempre en pos de obtener grandes resultados. Eso queda de manifiesto en este tremendo debut, esperemos que las baterías no se agoten y que pronto tengamos novedades de igual o mayor magnitud que Dissors, el álbum. La vara quedó alta, pero confiamos en la capacidad de estos músicos, que no se conforman con nimiedades.
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