La Ley
28 de enero 2016 | Teatro La Cúpula
Review: Freddy Veliz | Fotos: Claudio Poblete
Seguramente LA LEY es la banda chilena con más proyección internacional desde comienzos de la década del 90’. La agrupación que actualmente está conformada por su cantante y líder natural Luis Alberto “Beto” Cuevas, Mauricio Clavería en batería y Pedro Frugone en guitarra, durante sus casi 30 años de trayectoria ha logrado captar como nadie de su generación, el mercado internacional, su radicación en México es a todas luces una de las decisiones más acertadas de su carrera. La música de LA LEY tiene ese condimento de elaboración necesaria para cautivar con melodías y líricas que logran apegarse al inconsciente de sus oyentes.
Bastante agua ha corrido desde esos años en que la banda se encumbraba como la gran revelación del pop /rock chileno. Ya consagrados, con gran participación a fines del siglo pasado en cadenas como MTV, elogios por doquier, cambios de integrantes, rupturas y vueltas a la carretera han ido creando una suerte de culto para sus fanáticos, que esperaban con ansias, luego de ese breve regreso el 2014, alguna novedad respecto a la agrupación que los hizo bailar, cantar o enamorarse hace 20 años atrás.
Los deseos de esos miles de fans se cumplieron, cuando se anuncia la vuelta de la banda, con nuevo álbum bajo el brazo, y en un show íntimo, en La Cúpula del Parque O’Higgins. Acto del que fuimos privilegiados testigos.
Todo comenzó con una pequeña actuación para un reducido grupo de seguidores, para luego abrir las puertas a los cientos que se apostaban en las afueras del recinto, que ingresaron repletando cada espacio del circular teatro. Para la apertura, una sobria y recatada actuación de CANAL MAGDALENA, banda que cosechó alguna cuota de éxito en los 90’, manteniéndose activa hasta nuestros días. Lamentablemente el sonido no fue el mejor aliado en su compacta presentación.
Cuando el reloj marcó las 21:25, Clavería, Frugone y Cuevas (que se gana la mayor ovación, en especial del público femenino), reaparecen en un escenario. Desde el inicio, un potente juego de luces impactan al proyectarse hacia el público cuando suena “Al Borde” potente y rockero corte donde Mauricio Clavería marca los tiempos firmemente desde su batería, y la nueva era de LA LEY se hace una realidad. Sonido impecable desde el comienzo, con una puesta en escena donde la iluminación fue el foco principal de atención, un trabajo pulcro, jugando con las perspectivas y los fondos atmosféricos, apoyando a la perfección el set de canciones que estuvo cargado a los clásicos, sin dejar de lado por supuesto parte de lo nuevo que se viene en Adaptación, el disco a lanzarse en abril próximo. Lo paradójico es que “Ya no estás” el primer single de este nuevo álbum, en mi opinión, es lo más débil que se mostró, contiene el gancho comercial en su estructura, pero su electropop es bastante liviano y sin riesgos, a diferencia de “Child” o “ Soul Chuoffeur”, temas en inglés, que encontré bastante más atractivos.
Los más de mil asistentes, en su mayoría mujeres, desgarraron gargantas , ante la pregunta insistente de Cuevas de: “¿Veamos si recuerdan esta?, cada vez que se venía alguna de sus más conocidas piezas como “Tejedores de Ilusión”, “Aquí”, “Prisioneros de la Piel” o “Doble Opuesto”. Beto además de darse el tiempo de saludar a su familia que se encontraba presente en el sector Vip, conminó a sus compañeros a hacer lo mismo con los suyos. También recordó sus inicios junto al desaparecido Andrés Bobe antes de presentar “Angie” versión del clásico de The Rolling Stones que les dio el primer gran impulso hacia el éxito en 1991.
La cantautora nacional María Colores, fue la sorpresa como invitada especial para presentar una versión electroacústica de “El Duelo”. Luego el trío, que se apoyó de un bajista invitado que se ubicó en el fondo del escenario, se retira para rápidamente regresar con “Día Cero”.
La Ley posee un fructífero arsenal de composiciones que se mantienen en la memoria de la música chilena. El vocalista así también lo entiende, y expresa su sentir de que a pesar de los años de separación, parece como si el tiempo se detuvo, y que nunca se fueron del todo. Para el final y al contrario de lo que siempre acostumbraban, se despiden con la versión original de “El Duelo” (utilizada normalmente como apertura de sus shows).
Una banda que desde sus orígenes destacó por los detalles en su puesta en escena. Beto Cuevas, es sin dudas uno de los grandes frontman de la música chilena, su desplante y calidad vocal son un ejemplo de cómo debe pararse la cara visible de una banda en el escenario, algo que muy pocos en Chile logran con tanta convicción. Ellos provocan devoción en sus fanáticos, que corean y ovacionan a la banda, de una manera que ojalá se repitiera con otras de nuestro circuito, algo que ha costado bastante en el país. Valorar y reconocer el profesionalismo con el que han enfrentado su carrera es vital, anoche quedó demostrado que se puede disfrutar de un conjunto chileno presentando un show de nivel internacional, musical o desde el punto de vista de la producción. Aún quedan 22 presentaciones a lo largo de Chile , sumando otras en México y Estados Unidos, porque esta Ley no está obsoleta, al contrario, parece estar más vigente que nunca.
