Por Freddy Véliz | Fotos: Andie Borie
La noche de este jueves 9 de junio el Movistar Arena se tiñó de soul, música de las entrañas que toca el alma, y que se relaciona generalmente con voces negras y remembranzas del sonido Motown. Pero esta vez no era una mujer negra, ni tampoco una estrella de Motown la que se presentaba en el recinto santiaguino y que nos ha deslumbrado en cada una de sus visitas (cinco con esta última), nos referimos a la británica Joss Stone, la niña prodigio que hace dos décadas asombró al mundo con su brillante voz y performance, cuando aún era una adolescente y comenzaba tempranamente a codearse con los grandes artistas del mundo. Actualmente la nacida en Dover (condado de Kent, Inglaterra), suma ocho álbumes de estudio, el último, ‘Never Forget My Love’ fue publicado en febrero pasado, y sirvió de excusa para esta gira.
Joss Stone llegaría a Chile con la destacada cantautora escocesa KT Tunstall, quien lamentablemente debió cancelar la gira sudamericana por problemas de salud. Ante la emergencia, fue invitada para abrir este importante show, la artista nacional Francisca Valenzuela. Una elección más que propicia, tratándose de una de las cantantes y compositoras chilenas más exitosas del último tiempo, quien además tiene una nutrida experiencia en distintos escenarios tanto en Chile como el extranjero.
Fran subió al escenario faltando algunos minutos para las 20:00 horas, en formato trío junto a dos músicos extraordinarios como lo son el baterista Cristóbal Orozco y el tecladista y multi-instrumentista Roberto Trujillo .
Luciendo un traje rojo de dos piezas y acompañada de su blanco piano de cola, la espigada artista demuestra el porqué está posicionada dentro de un rango mayor en la escena nacional, su desplante escénico y vocal están a un nivel que nada tiene que envidiar a los artistas extranjeros. Presentación que muchos asistentes desperdiciaron la oportunidad de disfrutar, al no contemplar su entrada a la hora, viéndose en un inicio un aforo bastante reducido. La chilena, en cerca de cuarenta minutos, y con gran entrega se paseó por parte de su repertorio, poniendo énfasis en nuevas canciones, que el público presente recibió con fuertes aplausos, aprobando la calidad de estos. También aprovechó el escaso tiempo para llevar invitados, primero la connotada guitarrista Cler Canifrú, quien estuvo a cargo del potente, pero no menos sutil solo en “Vida tan Bonita”, como también al destacado cantante y compositor Francisco Victoria, para acompañarla en “Corazón”.
Valenzuela aprovecha la instancia para confesar su gran admiración por KT Tunstall, lamentando el hecho de que no pudo presentarse en este show, por lo que rinde un homenaje interpretando de gran forma “Suddenly I See”, uno de los más reconocibles éxitos de la británica. Una presentación que sirvió a la chilena como previa a lo que será su concierto en solitario en el mismo recinto en Noviembre próximo, finalizando con su hit “Buen Soldado“, con gran parte de la audiencia siguiéndola con las palmas y despidiéndola con mucha gratitud.
Siendo las 21:00 hrs llegaba el turno del esperado regreso de Joss Stone a un escenario chileno. Luego de cuatro años de su última visita, la británica aparece luciendo un ajustado vestido blanco y brillante que moldeaba su silueta, destacando su embarazo, en medio de la inevitable ovación del público que se puso de pie para recibirla. Desde los primeros versos de “Free Me”, su voz comienza a deslumbrar y a llenar cada rincón del recinto, que en esta oportunidad fue utilizado a media capacidad.
La inglesa sobresale no tan solo por su exquisita performance vocal, sino también por su desplante y carisma. Disfruta cada momento sobre el escenario, conversa, sonríe, interactúa con su banda, compuesta por dos coristas, tecladista, baterista, bajo y guitarra.
Nos entrega una retrospectiva de su carrera con canciones como “Big Ol’ Game” en la cual hace partícipe al público en un juego vocal que claramente ella domina más que los presentes, o “Harry’s Symphony”, esta última un ejemplo de la versatilidad musical de Stone, que incursiona en un género como el reggae.
Si bien el soul es lo que primeramente identifica a Joss, en su música hay un gran bagaje de estilos que van desde el blues, el funk e incluso el pop. Todo conjugado en arreglos sutil y elegantemente dispuestos en cada una de sus canciones. Sus influencias son claras y es inevitable no remitirse a nombres como Aretha Franklin, Etta James, Whitney Houston o grupos vocales como los legendarios The Dells, de quienes interpretó el clásico “The Love We Had (Stay on my Mind)“, acompañada de su extraordinario duo de voces que apoyan esta performance enriqueciendo de tonalidades cada interpretación.
‘Deslumbrante’ es solo uno de los tantos adjetivos con los que podríamos calificar a Joss Stone, sin lugar a dudas es una de las cantantes más virtuosas de lo que va de este siglo, y eso queda demostrado en el escenario. Ella es una digna heredera de un estilo que no muere, porque no surge como una moda, sino como expresión del dolor y de los sentimientos más profundos que cobija el alma, expresados muchas veces con música que nos eleva hacia la alegría y la esperanza, tratadas con la sensualidad y cadencias que nacen de forma natural en cada momento.
Dos fueron las canciones que la cantante escogió de su última entrega en estudio, ”Oh To Be Loved by You” y “Never Forget My Love” que también da título al disco, además de un medley que incluyó “Midnight train to Georgia” de Gladys Knight, “I Say a Little Prayer” de Aretha Franklin e “It’s a Man’s Man’s Man’s World” del padrino del soul James Brown.
Un concierto de características íntimas, de gran pulcritud sonora, a pesar de algunos detalles que no lograron opacar el desempeño de Joss y los suyos, quienes no dejaron fuera un éxito tan importante en su carrera como “Super Duper Love” coreada por el público con quien mantuvo siempre una cercanía casi familiar, bromeó con el frío de Santiago y como buena inglesa, se acompañó de una tasa de té en gran parte del show.
El encore llegó de la mano de “Landlord”, blues que es parte de su disco LP1 (2011), “Never Forget my Love”, la bailable “You Had Me” y la íntima “Right to be Wrong”, y con la cantante despidiéndose de sus admiradores chilenos, lanzando flores que besó una a una para quedar en el recuerdo de esta fenomenal experiencia musical.
Joss Stone se desenvuelve con la seguridad que le otorga su gran experiencia sobre los escenarios, afable y cercana, homenajeando a sus referentes y construyendo nuevas canciones que aumentan su admirable catálogo, sorprende su tremenda capacidad y energía, a pesar de su estado de embarazo que claramente debe significar mayores exigencias físicas, pero ahí está derrochando emociones y brillando por mil a través de su infinito talento.
Set List:
Free Me
Big Ol’ Game
Oh to Be Loved by You
Tell Me What We’re Gonna Do Now / Turn Your Lights Down Low
Harry’s Symphony
Jet Lag
You’re My Girl
Don’t Cha Wanna Ride / Bad Habit / Baby Baby Baby
Music
Super Duper Love
Karma
The Love We Had (Stays on My Mind) (Cover The Dells)
Midnight train to Georgia / I Say a Little Prayer / It’s a Man’s Man’s Man’s World
Encore:
Landlord
Never Forget My Love
You Had Me
Right to Be Wrong